Alrededor de 60 oficiales del gobierno, entre ellos dos líderes políticos, fueron despedidos por el fracaso del gobierno de arrestar al sospechoso de crímenes de guerra Radovan Karadzic.
El portavoz del parlamento, Dragan Kalinic, y el ministro del Interior, Zoran Djeric, fueron retirados de sus cargos por el principal enviado internacional a Bosnia, Paddy Ashdown.
Otra de las medidas que se tomaron fue penalizar económicamente al partido político fundado por Karadzic, el Demócrata Serbio.
Karadzic, quien tiene cargos en su contra de genocidio durante la guerra de Bosnia, ha estado fugitivo durante los últimos ocho años.
Paddy Ashdown dio la noticia de los 60 funcionarios despedidos durante una conferencia de prensa.