Esperanzas en
nuevo presidente

Agencias
Internacionales
Las relaciones
entre México y Estados Unidos han sido desusadamente cordiales
durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, y los funcionarios
norteamericanos confían en que esos sentimientos de amistad
sean cultivados también por el ganador de los comicios
presidenciales del domingo.
"En mi opinión, las relaciones bilaterales nunca
habían sido tan buenas como lo son ahora", dijo un
funcionario estadounidense especializado en cuestiones mexicanas.
En diciembre, Zedillo deberá entregar el poder a uno
de los dos punteros en las encuestas: o bien al candidato del
oficialista Partido Revolucionario Institucional, Francisco Labastida,
o su rival del Partido de Acción Nacional, Vicente Fox.
A corto plazo, la principal preocupación de las esferas
oficiales de Washington es que el proceso electoral sea limpio
y libre, y que el resultado aceptado por el electorado.
Fuera de eso, los analistas dijeron que, desde la perspectiva
de Washington, importa poco quién resulte victorioso.
"Las elecciones tendrán poco impacto en lo que
atañe al gobierno de Estados Unidos", declaró
George Grayson, un experto universitario en cuestiones mexicanas.
Fox, que intenta poner fin a 70 años de gobierno del
PRI, dijo que tomará medidas para solucionar dos de las
cuestiones más divisivas entre México y Estados
Unidos: las drogas y los indocumentados. El candidato ha prometido
reformas económicas que crearán puestos de trabajo
y pondrán fin al éxodo de mexicanos a Estados Unidos
y ha criticado a Zedillo por no haber impedido el contrabando
de grandes cantidades de cocaína y otras drogas hacia
Estados Unidos.
Si gana Labastida, se da por sentado que impondrá su
sello particular a la presidencia pero siguiendo en general la
senda política de su predecesor en Los Olivos.
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