Riiiiing, suena el teléfono y alguien contesta: Aló, aló, ¿con quién desea hablar?. Si buenas, perdone, llamamos de IDAAN y estamos verificando si usted tiene agua. ¿Tiene agua en casa con buena presión? Sí, señor, hay mucha agua. Entonces vaya a bañarse.
Relajos como este ocurren a diario cuando los niños quedan en un hogar a la deriva. Ellos inventan a quien molestar y su centro de operación es nada más y nada menos que el teléfono del hogar.
Hace cinco años, cuando la tarifa única era sólo B/.10.50, esta vaciladera no paraba y se extendía hasta altas horas de la noche. En la actualidad, por lo menos se hace de día y de un área local a otra área local, no obstante, con el avance de la tecnología existen aparados especiales que uno instala en casa que le indican quién llama, tal como en los celulares. ¿Acabarán los identificadores de llamas el relajo?.
Lo cierto es que es una buena herramienta para frenar la vaciladera y poner a estos chicos en su lugar, pero lo que también es cierto es que ya existen también aparatos para no ser identificados -por lo menos se usa en otros países.
Es tiempo de ir educando a nuestros hijos, indicándoles que ese aparato es para casos importantes que pueden salvar la vida de muchos. ¡Dejemos el relajo ya!. |