Miguel Ángel Cavallo es uno de los verdugos de la historia de Argentina. Este hombre, de sonrisa helada y crueldad desmedida, fue detenido en Cancún, el caribe mexicano, el 24 de agosto del año 2000 tras ser identificado por víctimas del régimen militar argentino (1976-1983) como uno de los más despiadados represores, el capitán de corbeta conocido como 'Serpico' y 'Marcelo'.
Hasta su arresto se ocultaba bajo el nombre de Ricardo y el cargo de un discreto director general del Registro Nacional de Vehículos de México (Renave).
El rostro de este hombre de 51 años, soldado de las Fuerzas Armadas y de la derecha militarista de Argentina, quedó inmortalizado en las retinas de los opositores a la dictadura de Videla. Su voz aún perturba su sueño. Es el hombre que les torturó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), un campo de exterminio donde se quebró el destino de más de 5.000 personas. Ahora será extraditado a España desde México para ser juzgado por el juez Baltasar Garzón por los delitos de genocidio y terrorismo.
Cavallo fue compañero de Alfredo Astiz, conocido como el 'ángel de la muerte'. Ambos trabajaron codo a codo en sus años dedicados al régimen de Jorge Videla para acabar con todo resquicio de oposición a través del secuestro, el asesinato y otras prácticas despiadadas que realizaba con 'implacable eficiencia' desde el 'grupo de tareas 3.3.2'.
Era responsable del sector 'Pecera' de la ESMA, donde los detenidos eran sometidos a esclavitud y decidía quién iba a morir o vivir, si enviaba o no a un preso a los vuelos de la muerte, es decir arrojado vivo al mar desde un avión militar. |