Cuatro universitarios amanecieron ayer en una casa de madera de 18 metros cuadrados suspendida a 12 metros de altura y en pleno centro de Santiago, en la que estarán nueve días para mostrar cómo viven en Chile los pobres.
Los estudiantes, que colaboran en un programa para lograr viviendas para los más necesitados del país, con esta inusual iniciativa, buscan incentivar a la población a que coopere con la campaña "Un techo para Chile", que impulsa la Iglesia Católica y en la que participan cientos de universitarios.
"Mostrar la urgente realidad de la pobreza en Chile es la mejor motivación para que esta pieza sea mi habitación en estos días", aseguró César Rodríguez, estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad de Chile. |