"El hambre duele en el estómago", me dijo hace muchos años alguien que aseguraba haber sufrido de ella, en un período negativo de su vida.
Debo decir que gracias a Dios y a la vida, no he sufrido hambre. Pero eso no significa que no me duela saber que en este mundo lleno de tecnología haya unos mil doscientos millones de personas que no tienen qué comer.
Como ser humano, también sufro al conocer que muchos millones de personas en el planeta, en estos momentos sufren de... ¡sobrepeso!
Realmente estamos viviendo una época de grandes contradicciones, allá y acá en nuestro amado Panamá.
Muchos millones de dólares, euros, pesos, etc. se gastan en la actualidad, para rebajar de peso, ya sea con dietas o ejercicios. Incluso hay remedios más drásticos, como el que corta o anula una parte del intestino para que la persona no coma en exceso.
Aquella persona que me habló del dolor que produce el hambre, señalaba que era algo gradual. Poco a poco se sentía en el estómago, hasta alcanzar lo máximo.
Esa hambre extrema producía pérdida de razonamiento porque "no se puede pensar con el estómago vacío".
Los Gobiernos de todo el mundo son responsables de que los pueblos no tengan suficientes alimentos para vivir.
Pero no hay que dejar toda la culpa en los Gobiernos. Las mismas personas pueden hacer algo para evitar el hambre, aunque sean pobres.
Mi papá me decía hace más de medio siglo, que "un campesino no tenía excusas para sufrir hambre". Señalaba que la tierra es generosa con quien la trabaja.
"Aquí en Panamá sólo hay que echar una semilla al suelo y ya tendremos un árbol frutal", sostenía papá basado en su experiencia.
En el patio lleno de cascajo de la casa paterna de Parque Lefevre se cultivaban numerosas plantas que daban frutos deliciosos.
También se criaban gallinas, aunque teníamos que luchar contra las zorras y los ladrones que las atacaban.
Pero vemos que en nuestra campiña abunda la desnutrición y los estómagos vacíos, a pesar de que se vive rodeado de tierra para producir alimentos.
Una de las acciones que debe hacer frente el nuevo gobierno es aumentar la producción de alimentos. Es negativo que se gasten millones de balboas comprando comida en el extranjero, que muy bien podría producirse aquí.
Préstamos blandos, asesoría, líneas de mercadeo, "compitas" y otras actividades, hay que hacerlas para evitar el hambre en el país.