CULTURA
Mascota electrónica para enamorar
La popular mascota virtual
japonesa "Tamagotchi" ha dado paso este verano al "Love Getty'',
un juguete dirigido a un público más adulto que ayuda a encontrar
pareja a los más tímidos.
La nueva generación de juguetes-mascota lanzados al mercado japonés
involucra al jugador en la sociedad real e intenta alejar la pésima
fama de alienadores y "comecocos" que se ganaron por todo el mundo
las maquinitas similares al Tamagotchi, juguete que vendió 40 millones
de unidades desde que salió a la venta a finales de 1996.
Entre el centenar de nuevos juguetes electrónicos los hay que
necesitan a un amigo para jugar, otros que permiten ejercitar el golf o
pescar sin desplazarse a río o mar alguno, y otros que permiten a
las almas solitarias encontrar a personas necesitadas de cariño.
En contraste con la locura del pasado año, hoy en Japón
pocos hablan del Tamagotchi, pese a que han salido diferentes versiones
evolucionadas por sexos y de ser capaces también de criar bebés.
Ahora lo que está de moda es el Love Getty, en el que desde el
primer momento el sexo se convierte en su clave, ya que al comprarlo por
2.980 yenes (unos 22 dólares) el interesado debe decidir el modelo
masculino o el femenino, recomendándose que sea de acuerdo al género
propio.
A partir de entonces "Love Getty" reaccionará ante cualquier
persona del otro sexo que se cruce con el propietario del artilugio en un
radio de cinco metros, y aunque se lleve en un bolsillo o la mochila, emitirá
un sonido que permitirá a los dos propietarios del juguetito romper
el hielo de una conversación que, para eso está el juguete,
podría convertirse en una entrañable relación sentimental.
El "juguete" hace su furor entre los japoneses de menos de
30 años y su popularidad es tal que se ha creado un club de aficionados
que se comunican por Internet y anuncian de antemano dónde estarán
para contactar con otras personas del otro sexo que tengan el "Love
Getty".
La generación de juguetes nacida con la mascota electrónica
"Tamagochi" se resiste a morir y pasar de moda como demuestra
la aparición de otros aparatos electrónicos como el ya popular
en Japón "Teku-teku angel", un podómetro para medir
la distancia caminada que puede convertirse en el mejor aliado para perder
peso.
El usuario, en este caso gente de edades que rondan los 50 años,
introduce sus datos como peso, altura, calorías que desea perder
por día y longitud media de sus pasos y el "Teku-teku"
le indicará si está siendo capaz de cumplir su propósito
diario para perder peso, o si por el contrario no logra dar los pasos requeridos
por el programa de adelgazamiento a que se ha sometido.
Si se incumplen las exigencias del "Teku-teku", este peculiar
amigo informático engorda y muere en la desidia con lo que se echan
a perder los 2.500 yenes que costó el aparato, unos 19 dólares.
La empresa Nintendo hace su agosto con el popular Pokemon'', un simpático
monstruo que ha cautivado a jóvenes y a mayores a través de
los dibujos animados, y que hace meses llevó a más de medio
millar de espectadores infantiles al hospital con desmayos por la especial
cadencia de colores estridentes de uno de sus episodios.
En este caso es un vídeojuego portátil con el que los niños
tienen que buscar los 150 monstruos virtuales del repertorio de "Pokemon"
(nombre que procede de las voces inglesas monstruos de bolsillo).
El juego permite buscar los monstruitos solo o acompañado, opción
esta que requerirá conectar la máquina mediante un cable a
la de un socio'' para intercambiarse como si se tratase de cromos, el plantel
de monstuos que los jugadores deben completar.
Un último estadío en el desarrollo de los juguetes informáticos
permite a los adultos imaginar que se encuentran en un campo de golf, en
un río o el mar, o bien en las carreras de caballos con aparatos
portátiles que se pueden llevar por la calle, en el autobús
o el tren.
No es extraño ver a personas que salen del colegio o del trabajo,
agarrados a uno de estos juguetes, paseando por el centro de Tokio como
si estuvieran pescando, subidos en un caballo o disputando un golf, uno
de los deportes de mayor popularidad en Japón.

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