YA NO LOS AGUANTAN Fracasa paro nacional contra el gobierno de Ecuador

Agencias
Internacionales
La segunda jornada de un paro nacional convocado por la izquierda y sectores populares contra el gobierno del presidente ecuatoriano Gustavo Noboa, confirmó el fracaso de la medida al no recibir el apoyo de indígenas ni de la ciudadanía que con normalidad asistió a sus lugares de trabajo. El fracaso del cese de actividades, que se inició el jueves, fue reconocido ayer incluso por los propios organizadores, mientras que algunos analistas y sociólogos señalaron que los ciudadanos no lo apoyaron porque "la gente esta cansada de tanto paro y protesta". "No podemos estar satisfechos si las grandes organizaciones como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) no se solidarizaron con la medida", afirmó el dirigente sindical Fausto Dután en un diálogo con periodistas. El movimiento indígena, protagonista de la insurrección que derrocó al presidente Jamil Mahuad en enero último, declaró que su respaldo al paro era "moral", aunque manifestó su descontento con las medidas económicas del gobierno, especialmente la dolarización. El paro convocado por el Frente Popular (FP, izquierda) pretendía demostrar la oposición a la dolarización que se implantó en marzo último, y al alza de los precios de los combustibles de hasta el 82% y de las tarifas eléctricas hasta un promedio del 71%. Salvo esporádicos bloqueos de carreteras en las andinas provincias de Carchi e Imbabura, en el norte, la protesta del FP, que apoyó la Coordinadora de Movimientos Sociales, pasó inadvertida en las grandes ciudades del país como Quito, Guayaquil (suroeste) y Cuenca (sur). La Cruz Roja informó, a su vez, que en la capital disturbios callejeros registrados la víspera en las cercanías de la Universidad Central de Quito dejaron un saldo de cuatro heridos, diez detenidos y un autobús incendiado. El dirigente aborígen Salvador Quishpe estimó que el fracaso de la protesta se debía a "un problema de estrategia". Opinó que las movilizaciones deben ser rápidas y bien hechas y no dilatarse como la huelga por demandas salariales que mantiene por quinta semana consecutiva la Unión Nacional de Educadores (UNE), que agrupa a unos 130.000 maestros estatales. "No podíamos convocar a la gente (indígenas) cuando sabíamos que el paro estaba ya agotado", añadió Quishpe, uno de los principales líderes de los quishua, la nacionalidad indígena más numerosa del país. El transporte, las entidades públicas y privadas y los colegios particulares funcionaban normalmente el viernes, mientras la ciudadanía había acudido sin contratiempos a sus lugares de trabajo. El analista político César Montúfar consideró que la ausencia de la CONAIE "fue el factor determinante que restó fuerza a la convocatoria del FP". De su lado, el sociólogo Simón Pachano en diálogo con la AFP coincidió en señalar que "la CONAIE se aisló y dejó en el vacio al resto de organizaciones". Explicó que el paro había sido apoyado básicamente por los maestros y sectores de izquierda que cuentan "con una convocatoria limitada". Tanto el gobierno como los sectores empresariales estimaron que el país requiere del diálogo como vía para resolver la crisis económica y social. El ministro de Gobierno, Antonio Andretta, dijo ayer que los ecuatorianos debían "aunar esfuerzos honrada y decentemente para intentar salir de las dificultades (económicas y sociales) que atravesamos" y aseguró que el Ejecutivo está dispuesto a dialogar sobre las demandas sociales. El presidente de la Cámara de Industriales de Pichincha, Gustavo Pinto, aseguró a su vez que en ese gremio "no hemos encontrado un solo caso en el que la gente no esté trabajando". "La gente quiere trabajar y sabe que con este gobierno se puede dialogar", añadió el empresario. Ecuador registró al cierre de 1999 una inflación del 61%, considerado un récord histórico, una depreciación del sucre en 197% y un déficit fiscal del 4,4% del Producto Interno Bruto (PIB). Las metas previstas para finales del 2000 son de una inflación anual entre el 55% y 60% y un déficit fiscal del 3,9%.
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