A veces quedo "turulato" con las expresiones de saber de personas humildes, que me comentan cosas en la calle.
El sábado veintinueve de abril, luego de visitar la exposición de la violencia en Colombia, del pintor y escultor Fernando Botero, quedé con un sabor amargo en la boca.
No quería irme para la casa y decidí caminar por la calle "J" hasta la Peatonal. Tenía por lo menos veinte años de no hacer ese recorrido.
Me di cuenta que en el semáforo de la Avenida de los Mártires, algunos irresponsables se pasaban la luz roja. Vi a un Policía "tragarse el pito" sin éxito, pues el bellaco chofer huyó a alta velocidad.
Entonces un panameño sencillo me señaló que como era periodista debía escribir sobre eso. Criticó a la Policía ya que no podía hace respetar la ley en ese semáforo.
Le dije que había visitado la exposición de Botero sobre la violencia, buscando otro tema de conversación. Entonces sentenció con mucho peso:
"Eso no sirve (la exposición). Es exportar la visión criminal de Colombia a Panamá", dijo rápidamente.
Le indiqué que tenía toda la razón. Y pensé que en Colombia con cuarenta millones de personas, una pequeña minoría está en la bellaquería y la violencia.
Sin embargo, la mayoría de los Latinoamericanos hemos "esteriotipado" a los colombianos. Los vemos como narcotraficantes y asesinos.
Ver la maldad y el sufrimiento en las gordas figuras dibujadas por Botero, reafirma esa mala imagen de los hermanos colombianos.
Quienes hayan visitado Colombia (recuerden que fuimos colombianos por ochenta y dos años) saben que es un país hermoso, lleno de riquezas...y politiqueros unidos a fuertes intereses económicos.
Pienso que Panamá también está dirigiéndose a una "sub cultura de la violencia", por las mismas causas de Colombia.
Aquí los politiqueros sinvergüenzas han despilfarrado miles de millones de dólares (balboas) del pueblo. Sencillamente lo robaron, lo mal gastaron, etc. ¡Por eso hay cuarenta por ciento de pobres!
Ahora vemos que asesinatos atroces ocurren en nuestras calles, porque no hay una buena seguridad y las penas son leves.
Cualquier chiquillo puede matar y sólo recibirá pocos años de prisión. Existen "medidas cautelares" para maleantes que no se han reformado.
Nuestra justicia es lenta, tardía y a veces se le manipula con "leguleyadas". Ni qué hablar de la Policía, donde las manzanas podridas apestan cada día más...
Pronto no tendremos que traer cuadros del extranjero para que nos muestren la violencia y el dolor humano...