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Historia en curvas y telas
Más que vestirnos y hacernos resaltar entre las demás, los vestidos cuentan una historia. A través del tiempo han ido evolucionando, marcando las épocas del desarrollo de nuestra humanidad.

Marí­a Del Pilar Méndez | Eva, Crítica en Línea

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Este vestido está inspirado en la moda de los años 60's. Modelo: Amelia Cuesta de Tania Hyman's Models & Talents (Fotos: Iván Uribe / EPASA)

Jaime Ávila es un destacado diseñador de vestuario teatral, quien ha incursionado recientemente en el diseño comercial. Es uno de los pocos, por no decir que el único, que se está dedicando a la creación, conservación y restauración de vestidos antiguos.

Después de estudiar en España sobre Vestuario de Época en el Espectáculo y Vestuario del Siglo XVIII en el Centro de Tecnologí­a del Espectáculo en Madrid, Alta Costura en la Academia El Corte Moderno de Madrid, e Inventario y Catalogación de Fondos de la Indumentaria Teatral en el Mueso Nacional del Teatro en Almagro, Ávila trae esta gran cantidad de conocimientos para ponerlos al servicio de los panameños.

Aparentemente, en los siglos pasados lo estético se imponí­a a la comodidad y el bienestar fí­sico, pues las mujeres se sometí­an a torturas para lograr encajar con el fí­sico femenino de la época.

UN RECONOCIDO MARTIRIO
Uno de los más famosos suplicios de las épocas pasadas y que, increí­blemente, aún está vigente, es el corsé.

Apareció por los años anteriores al 1800, y comenta Jaime que algunas mujeres que lo usaban lo ajustaban tanto, que conseguí­an reubicar sus órganos internos y hasta podí­an perder la respiración.

Se elaboraban con varias capas de tela y hasta treinta varillas de metal, llegando a pesar varias libras.

Para los años posteriores al 1900, el corsé desaparece tras el surgimiento del brassier o sostén, que le era más práctico y cómodo a la mujer que ya estaba dejando sus quehaceres hogareños para transformarse en fuerza laboral, debido a los cambios que trajo la Primera Guerra Mundial.

Después del sufrimiento de nuestras antepasadas, el corsé regresó más que como una prenda í­ntima, como una prenda de vestir. Todaví­a hay damas que se someten al corsé, de una manera menos drástica, para moldear la figura.

MUSEO
Ávila tiene un proyecto muy ambicioso: crear un museo histórico del traje en Panamá. En Almagro, estuvo a su cargo una exposición de vestuario, sombreros, abanicos y accesorios de época en la iglesia de San Agustí­n; por lo que cree, firmemente, que en Panamá se puede montar una exhibición de esta magnitud.

El diseñador ya ha recibido donaciones que incluyen revistas, joyerí­a y dos vestidos originales del modisto francés Jean Patou (1880-1936), a quien su determinación de crear vestidos sencillos y vaporosos, le llevó a convertirse en el primer diseñador de ropa deportiva, para la que combinaba una figura sencilla con un corte cómodo.

Además, cuenta con las indumentarias teatrales de época que ha creado, a través de los años, para diferentes obras como "El dí­a que me quieras" (años 30), "Romeo y Julieta" (siglo 13 medieval), "La vida es sueño" (siglo 16), Fausto (final del siglo 18, inicios del siglo 19).

Los vestidos antiguos en el teatro y las fotografí­as son la mejor referencia para comenzar la colección sobre vestuario en Panamá, dice Ávila. Las más conocidas son las prendas de 1900, pero agrega, que a partir de allí­ la moda cambia más rápido, pues empieza a renovarse por décadas; por lo que el trabajo de catalogación es más arduo.

La pollera también figura en la historia que Jaime está recopilando. Allí­ plasmará toda su evolución y cómo ha llegado a convertirse en uno de los trajes tí­picos más vistosos y costosos del mundo.

CONSERVANDO UN TRAJE
Para quienes deseen conservar un vestido para la posteridad o tienen una reliquia en casa, Jaime da unos tips:

  • Tomarle fotos desde todos los ángulos.

  • Hacerle un perchero en tela, preferible de manta sucia, y mantenerlo en un área fresca.

  • Si está manchado, no echarlo en la lavadora. Trate de sacarle la mancha, suavemente, con un cepillo de dientes.

  • Y si teme estropearlo, puede buscar un experto como Ávila para que se encargue de restaurarlo.



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