"Muchos de los candidatos debían estar en la cárcel en lugar de estar buscando la elección popular; esto indica que la impunidad ha llegado a su grado más alto.. y el sistema ha colapsado", afirmó Rigoberta Menchú al referirse a algunos de sus adversarios para la contienda por la presidencia de Guatemala, programada para septiembre próximo.
Menchú, quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz 1992 y que ahora es candidata presidencial por el partido Encuentro por Guatemala (EG), dio las declaraciones en una conferencia para la presentación del libro: "Las mujeres y sus vidas, madres SOS de todo el mundo relatan", de la Asociación de Aldeas Infantiles SOS de Panamá.
La indígena aseguró que en su país existen 21 partidos, pero hay un sistema político en crisis, porque primero, ninguno es representativo de la sociedad guatemalteca real.
"El sistema de partidos políticos se ha ido deteriorando muchísimo por temas de corrupción, promesas reiteradas que no se cumplen, que han hecho que nuestra población esté completamente decepcionada", por lo que se teme que menos del 50 por ciento de la población vote en las elecciones. Guatemala elige al sucesor del presidente Óscar Berger el 9 de septiembre.
"Todos quisiéramos que la población participara e hiciera una nueva elección para no retornar a los esquemas del pasado, donde detrás de una fachada electoral se esconden otros sectores que sacan ventaja, como el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción", puntualizó. "Es mejor ir por la mano dura para que podamos volver a los métodos represivos".
Al referirse al tema de la seguridad asegura que tiene profunda relación con la justicia. Si el sistema legal no tiene las capacidades de cubrir, garantizar y procurar justicia a toda la sociedad empieza la impunidad que hace perder la credibilidad en las instituciones del estado.
"El tema de la seguridad no es sólo tema de policías, es darle un rol específico, código de ética y conducta para que no repitan los métodos genocidas, las matanzas, las masacres y torturas" dijo la visitante.
Menchú también afirmó que el rescate de la juventud es a través de una política pública, en la que se le ofrezca trabajo y oportunidades. "Recuperar los jóvenes que deseen ser salvados de las pandillas y castigar a los cabecillas con penas altas, de 15 ó 20 años".
MARAS
En cuento de las maras en Centroamérica, Menchú dijo que es un problema vinculado a la falta de oportunidades y al abandono de una población que no tiene trabajo ni oportunidades.
Aclaró que las políticas no deben ser generalizadas, pues el tema que más le duele es la criminalización de los jóvenes.