La clave para minimizar o eliminar riesgos de enfermedades radica en la realización periódica de chequeos y exámenes de carácter preventivo. Sin embargo, estos chequeos van a depender de la constitución, la edad y los antecedentes del paciente, pues así como no hay organismos iguales, no hay resultados médicos idénticos.
Según la especialista Idia Harris, entre los chequeos generales están:
Perfil lípido: Comprende la práctica de exámenes que permitan determinar el grado de colesterol y triglicéridos. Este chequeo muestra cómo está funcionando la grasa de las arterias y detecta posibles alteraciones coronarias.
Glicemia: Examen que revela el nivel del azúcar en la sangre y advierte sobre una posible predisposición a la diabetes.
Uroanálisis: Es un examen de orina para detectar infecciones y sangre oculta en las vías urinarias, al igual que permite conocer el funcionamiento de los riñones y el estado de la próstata.
Coprológico: Muestra la presencia de parásitos e infecciones intestinales, detecta sangre oculta en la materia fecal y revela si hay complicaciones cancerígenas en el colon.
Electrocardiograma: Refleja que el estado y funcionamiento del corazón. Descubre arritmias. Puede anticipar un infarto.
Tensión arterial: La mayoría de las personas que tienen la tensión arterial alta no tienen ningún síntoma. La única forma de saber si usted tiene la tensión arterial alta es ir a que un profesional de salud la tome con un tensiómetro (un aparato para medir la presión).
Espirometría: Útil para determinar si la persona padece enfermedad pulmonar, identificar la clase de enfermedad, si la persona está mejorando o no, y conocer el grado de gravedad del paciente.
SOLO PARA ELLAS.
Citología vaginal: Uno de los exámenes periódicos más importantes para las mujeres, porque advierte sobre la existencia de cáncer en el cuello de la matriz.
Mamografía: Consiste en una exploración diagnóstica de imagen por rayos X de la glándula mamaria y permite detectar tumores en el seno y otras patologías de la mama.