Cualquier Estado miembro de la OEA puede ofrecerse como Sede de la Asamblea General que anualmente reúne a los Ministros de Relaciones Exteriores de América.
No obstante lo anterior, el hecho de que Panamá haya congregado importantes eventos, es prueba evidente del prestigio internacional de nuestro país y en consecuencia, su gran capacidad de convocatoria.
En efecto, con motivo de la Asamblea General hemos tenido en días pasados a Ministros de Educación, a los de Salud que aquí lanzaron la Agenda de Salud de las Américas y a defensores del Pueblo de varios países.
También vinieron al istmo distinguidas personalidades internacionales, tales como Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU, Enrique Iglesias, Secretario General de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, Luis Alberto Moreno, Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, José Luis Machonea, Director General de la Comisión Económica para América Latina y otros más.
En lo que va del año, Panamá ha sido sede de diversos encuentros internacionales, lo que confirma nuestra reputación como país democrático estable y hospitalario. La gran reunión convocada en Panamá, una contribución al diálogo y a la paz hemisférica.
La Declaración de Panamá sobre Energía para el Desarrollo Sostenible, es una expresión de las voluntades de los Estados miembros para evitar una futura crisis energética. Se trata de explotar nuevas fuentes de energías, especialmente las de carácter renovable.
En la medida en que utilicemos nuestros recursos naturales, como el estanol procedente de la caña de azúcar, reducimos la importación de combustible y ahorraremos muchas divisas.
Ahora le corresponderá a los gobiernos de la región, llevar adelante los buenos propósitos contenidos en la Declaración de Panamá. Es una deuda que tenemos con las próximas generaciones.