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Los no fumadores, quienes son forzados a inhalar el humo secundario producido por los cigarrillos, son fumadores pasivos. |
Al conmemorarse el "Día Mundial de no Fumar" en esta fecha, Crítica desea compartir con sus lectores algunas reflexiones tomadas de organismos internacionales y del Hospital Oncológico Nacional, a fin de colaborar en la preservación de la buena salud de los panameños y de quienes habitan esta tierra istmeña.
El humo inhalado a través del cigarrillo por el fumador es conocido como humo principal. El humo que se libera en la atmósfera por la combustión del cigarrillo y por el mismo fumador, es lo que se conoce como humo secundario.
El humo secundario contiene al menos 40 químicos cancerígenos. Un no fumador expuesto al humo secundario en su jornada de trabajo, puede inhalar el equivalente de 5 a 6 cigarrillos diarios en concentraciones más dañinas.
Los químicos en el humo secundario pueden causar además irritación en los ojos, nariz, garganta y en parte baja del tracto respiratorio. La inhalación del humo secundario puede causar cáncer pulmonar u otros tipos de cáncer en no fumadores completamente saludables. La exposición al humo secundario contribuye a agravar problemas existentes en el corazón.
Además, las mujeres que fuman o están expuestas al humo de tabaco durante el embarazo exponen a sus bebés a los químicos contenidos en el humo de tabaco, y duplican el riesgo de tener bebés prematuros o de bajo peso en el nacimiento.
Un bebé expuesto al humo secundario corre mayor riesgo de morir por el síndrome de muerte instantánea infantil, que aquel que no lo está. Los niños cuyos padres fuman están más propensos a ser admitidos en los hospitales con bronquitis y neumonía, varias veces, en los primeros dos años de su vida, a aquellos cuyos padres no fuman.
También el humo secundario puede producir mayores ataques de asma en adultos y niños asmáticos. Hay evidencia de que el 20% de los niños asmáticos desarrollaron los síntomas de asma debido a que sus madres fumaban. La exposición al humo secundario está asociada a un crecimiento más lento en los niños. Los niños cuyas madres fuman no crecen tan altos como los hijos de madres no fumadoras.
UNA AMPLIA CONCEPCIÓN
Hay tres alimentos que sostienen la vida humana: la comida, el aire que respiramos y las impresiones, que son las más importantes. Esto lo desconoce la ciencia y la humanidad. El aire cumple una función vital como purificador de la sangre que irriga todo nuestro organismo. Desafortunadamente los intereses creados altamente egoístas y la sociedad de consumo, nos manejan y nos imponen costumbres, vicios, ideas, etc.
Cuando el ser humano conozca su propia sicología y aprenda a manejarla se convertirá en un rey de sí mismo y del universo, y comprenderá el lema inscrito en el PÓRTICO DEL TEMPLO DE DELFOS: "Homo, gnoscete ipsum", que en español significa: "Hombre conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los Dioses".
Uno de los lastres que más daño ha hecho a la humanidad, es el vicio horrible del CIGARRILLO. Hace más de 20 años, que a diario oímos hablar de los daños que causa el cigarrillo en el organismo humano: CÁNCER, INFARTOS, ENFISEMA, etc. Y aunque siempre tratemos de disculpar nuestro vicio, no deja de inquietarnos los estragos que causa. Ahora, con inquietud se observa que las mujeres también fuman, algunas más que los hombres. En cualquier reunión siempre hay alguien que "mira feo" o hace algún comentario, desaprobando ese mecánico gesto que un fumador realiza para encender un cigarrillo. Para eliminar cualquier vicio, se debe conocer el daño que causa, las técnicas y métodos que permitan comprenderlo a nivel psicológico, para posteriormente eliminarlo.
SOBRE EL CIGARRILLO
El cigarrillo contiene más químicos que la farmacia de la esquina. Sin exagerar y para ser exactos, los cigarrillos contienen 4.027 químicos, de los cuales 200 son venenos conocidos y 60 son cancerígenos. LA NICOTINA y EL ALQUITRÁN son las sustancias más nocivas. La dosis de nicotina, que se encuentra en el cigarrillo, puede MATAR a una persona. Pero antes de fumar la cantidad necesaria para acumular la dosis mortal en la sangre, la persona sufrirá una larga y penosa enfermedad. El cigarrillo crea tanta o mayor adicción que otras drogas. La nicotina es un poderoso estimulante. Es la que proporciona el sabor al cigarrillo y obliga a la persona a querer cada vez mayor cantidad. Después de inhalar la nicotina, el flujo sanguíneo va acumulando la sustancia en cada célula del organismo y a medida que el tiempo pasa, las células se acostumbran y piden más al cuerpo. Por ello, el fumador se vuelve irritable y nervioso; con el cigarrillo se "calma" y la nicotina se convierte en un "tranquilizante", semejante a la cafeína. La experiencia demuestra que la nicotina está entre las drogas que crean mayor adicción, junto a la heroína y la cafeína. El alquitrán que contienen los cigarrillos no es tan nocivo. Si usted fuma un paquete de cigarrillos al día, durante un año, acumula en los pulmones, más de la cuarta parte de la cantidad total que se esparce en su organismo. Si quiere tener una idea de cuál es esa cantidad, exhale una bocanada de humo a través de un pañuelo. Esa horrible mancha carmelita es alquitrán y tenga en cuenta que sus pulmones son más absorbentes que una esponja. Un cigarrillo contiene 20 miligramos de alquitrán y una persona que fuma dos paquetes diarios lleva a sus pulmones 400 miligramos de alquitrán, que en un año corresponde a 146.000 mg. Los pulmones están constituidos por más de 300.000 alveolos pulmonares y el alquitrán termina por destruirlos. El cigarrillo contiene monóxido de carbono. Esta sustancia es el mismo gas que sale por el tubo de escape de un carro. La sangre asimila más fácilmente el monóxido de carbono que el oxígeno. De modo que al fumar, se inhala un gas venenoso y se impide al cuerpo recibir el oxígeno necesario. Es claro, el organismo sufre las consecuencias. El cigarrillo contiene hidróxido de cianuro. Suena terrible, pero es la verdad. Esta sustancia paraliza las vellosidades que cubren los pulmones y que le sirven para defenderse de materias extrañas. Por esta razón los venenos entran rápidamente al pulmón. De ahí que el organismo del fumador se defienda obligándolo a toser.
SÍNTOMAS QUE SE GENERAN ALFUMAR
Cansancio por falta de oxígeno en las células. Dolor y pesadez en la cabeza. Ronquera e irritación en la garganta. Tos del fumador. Pinchazos en el pecho. Disminuye la capacidad pulmonar, disminuyendo los mecanismos de defensa del sistema respiratorio lo que hace al fumador más propenso a infecciones, gripes, etc. El cigarrillo en los jóvenes retrasa a niveles el crecimiento. En la mujer, si además usa anticonceptivos, se aumentan los riesgos de trombosis, se le envejecen los tejidos y se forman arrugas por resequedad en la piel. El semblante de un fumador es pálido y apergaminado, las encías se debilitan, los dientes se manchan y las hormonas se alteran. Las fumadoras llegan a la menopausia antes que otras mujeres. La nicotina genera cáncer de la garganta, una úlcera viva que prácticamente no permite ni comer, ni beber, ni dormir al fumador.
FUMAR INDICA FALTA DE CONFIANZA
En la vida moderna, una de las características que más se busca en la persona es el dominio de sí misma y esa seguridad con que actúa y piensa. Generalmente, el fumador recurre a su vicio para esconder los nervios o para disimular sus angustias. La nicotina es una droga que habitúa y con el tiempo, la dependencia es más fuerte.
Hay que comprender la necesidad de eliminar este vicio. Al comprender y eliminar el vicio del cigarrillo, el cuerpo necesita un tiempo para recuperarse y desintoxicarse. En unos meses los pulmones recuperarán su vitalidad y el corazón empezará a latir normalmente. El sistema nervioso también se irá estabilizando. |