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EDITORIAL
Arranca el Mundial
Desde hoy los panameños, al igual que millones de habitantes del planeta, tienen sus ojos pendientes en lo que suceda en los estadios de Corea y Japón. Este día arranca el Mundial de Fútbol. Panamá se paralizará o mejor dicho se desvelará para apreciar las transmisiones de los partidos de los 32 equipos que luchan por llegar a la gloria
El pitazo inicial del partido Francia-Senegal, inaugura la competición más importante del fútbol internacional. Así arranca la fiebre del balompié, la fiesta deportiva más esperada y gozada por la fanaticada. En Panamá, podría decirse que es la segunda algarabía más codiciada después del carnaval.
Desde ya se observa al ciudadano de todos los estratos sociales, aprovechándose de los avances tecnológicos para estar al día con lo acontecido en Corea y Japón. La seguridad para el torneo es férrea por los últimos acontecimientos de carácter terroristas registrados en Estados Unidos y otras latitudes.
Acá en Panamá, igualmente, la atención es centrada, pero no por atentados ni sabotajes ni nada que se le parezca. La atención acá es por pura pasión deportiva. El panameño vive el fútbol y en ese mar de fijación, es capaz de dejar al lado la realidad que agobia a la nación.
Ojalá que con el fútbol no se dejen pendientes las redadas, los allanamientos, los operativos, las investigaciones, los proyectos sociales para retomarlos después de un mes cuando la gente ya ni siquiera los recuerda. Pero la fiesta del fútbol no solo hace que se descuiden los deberes, sino que hay otros que llegan hasta el fanatismo.
Participar de la fiesta deportiva es bueno y hasta relajante, siempre y cuando no se descuiden los compromisos y se desempeñe una jornada laboral poco productiva.
Hay que organizarse. No se puede llegar al trabajo bostezando y sin vigor para desarrollar una labor eficiente. Hay que ser responsables, hay que cuidar el empleo, porque luego no se le puede echar la culpa al Mundial de Fútbol.
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PUNTO CRITICO |
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