Sin grilletes, pero bajo estrictas medidas de seguridad, fue llevado al Instituto de Medicina Legal, Marcos Antonio Manjarrez, quien dijo sentirse arrepentido de haber asesinado a monseñor Jorge Altafulla, de 14 puñaladas.
Estoy arrepentido, pero "la Iglesia sabe por qué lo hice", fueron las palabras de Manjarrez a los cuestionamientos de los periodistas que lo asediaban en preguntas en los momentos que salía de una evaluación psiquiátrica.
Manjarrez tiene que someterse a una serie de evaluaciones psicológicas y psiquiátricas, para determinar las causas que lo llevaron a cometer el crimen, explicó la siquiatra forense, Elaine Bressan. |