"Menos mal que las vacas no vuelan", fue la frase chistosa que vino a mi mente el sábado once de mayo, en el Parque de Santa Ana. Resulta que un pájaro que estaba en una rama de un árbol tuvo que hacer su necesidad biológica, y ella me cayó como una bomba en la cabeza y manchó mi camisilla (menos mal que no era la mejor).
¿Por qué recordé la frase de las vacas voladoras? Bueno, hace cuarenta y dos años atrás, en el Parque de la Catedral, un compañero de salón del Instituto Nacional sufrió igual percance. Yo le dije en ese entonces el chiste de las vacas voladoras.
Ahora, cuando me limpiaba con un pañuelo la caca del ave, me di cuenta que ese fue un mal chiste, pues no reconforta nada. Estaba esa mañana soleada en Santa Ana con estudiantes de tercer año de Periodismo, haciendo una tarea: una crónica de puntos de importancia del lugar.
El recorrido comenzó en Santa Ana, donde habían centenares de personas haciendo fila para comprar comida barata. Resulta que un Honorable Legislador y Representante vende comida a bajos precios, como "ayuda" a su comunidad....lo que seguramente le reportará votos en las próximas elecciones.
El Parque estaba relativamente limpio, sin los alcoholitos de antes. Otro profesor universitario de Turismo también fue con sus estudiantes. Fuimos a visitar al viejo café de Santa Ana. Varios estudiantes dudan que tenga más de medio siglo de existencia. Y allí estaba el famoso Cholito Mesero, quien al verme me dio las gracias por mencionarlo en estos escritos (columnas). "Así me dan más propinas", susurró.
Amigas meseras felicitaban al Cholito quien como varios conocidos se asombró de verme sucio. Cuando les expliqué lo ocurrido sentenciamos "compra rápido lotería porque vas a ganar". Vi al Cholito Mesero algo arrugado y viejo y se lo comenté. Su explicación fue sencilla: "Cómo no voy a envejecer aquí, con tantos bochinches que escucho todos los días. Figúrese que aquí tumban a Mireya cada semana y ya la Yeya va para los tres años".
Luego añadió algo molesto: "Ud. tampoco está muy pollito que digamos y ya se le ven las arrugas. Además, está "sucio de pájaro" (dijo una palabrota popular que no se puede publicar) y se rió. En el viejo café de Santa Ana vi a Ezequiel Polo Díaz, director del mensuario alternativo El Latinoamericano, junto al Licenciado en Periodismo Marcelino Rodríguez y el poeta Luis C. Jiménez, también de esta publicación que difunde la historia panameña.
Después fuimos por Salsipuedes, donde algunos alumnos se extrañaron de la variedad de cosas que se venden allí. Casi me compro un perfume para la buena suerte, pero me dije que no sería efectivo luego de la ensuciada que me dio el descarado pájaro en el parque.
Fue una mañana curiosa, donde me enteré que todavía funcionan los viejos cines Variedades y El Dorado. También encontré al señor Jorge Ortega, quien dijo que guardaba muchas columnas mías. Eso me emocionó, debo confesarlo. Y no me gané ninguna lotería a pesar de la ensuciada. Como digo en broma, "cuando yo compro lotería, ese día en el sorteo salen letras y no números". |