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Bailarinas coreanas dan la bienvenida a los participantes en Seúl. |
Cuando el árbitro Ali Mohamed Bujsaim señaló el inicio del partido que disputaron Francia y Senegal, la historia del fútbol entrará en un nuevo capítulo, que será recordado como el primer mundial del tercer milenio y el que se jugará por primera vez en Asia.
La decimoséptima Copa del Mundo comenzará casualmente en 31 de mayo, que es el día que hace seis años el entonces presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, anunció que dos países asiáticos tendrían el honor de compartir el torneo.
Desde entonces Japón y Corea del Sur pusieron a un lado miles de años de rivalidad para organizar una de las competencias deportivas más grandes de la historia. Por primera vez, una Copa del Mundo es realizada por dos países.
Es la primera vez desde que comenzó el torneo en 1930 en Uruguay que ni Europa ni América organizarán la competencia y ese hecho de por sí sólo hace significativo este torneo.
Sólo una vez, en 1958, cuando Brasil ganó en Suecia, un país de otro continente diferente al organizador se impuso, un hecho que se espera se repita en esta ocasión.
Es muy difícil que los sudcoreanos o los japoneses ganen el torneo y los otros representantes asiáticos, China y Arabia Saudita, tendrán dificultades para avanzar siquiera a la segunda ronda, mientras que la mayoría confía en el triunfo de un equipo de Europa o América.
La única amenaza para europeos y americanos viene de Africa y ya Pelé predijo que un equipo africano podría ganar la Copa del Mundo para el año 2000. Camerún podría ser la sorpresa en esta ocasión.
Hace cuatro años, alentado por su propio público y bajo la inspiración del astro Zinedine Zidane, Francia venció por 3-0 a Brasil para adjudicarse el torneo más importante del fútbol por primera vez en su historia. Ahora Francia luce en mejores condiciones que hace cuatro años. |