Planteamiento del nuevo gobierno derogar el Tratado de Neutralidad

Rafael Pérez Jaramillo
Critica en Línea

La candidata que prometió durante su campaña electoral entablar conversaciones para insistir en que los panameños "no queremos intervención de EU en este país", ya ganó el poder presidencial.

¿Qué es exactamente lo que ella propuso?. ¿Qué carta se jugaban las otras nóminas?.

En el umbral de los comicios, tres voceros autorizados por igual número de candidatos a la presidencia, expusieron sus puntos de vista proyectando sus intenciones de gobierno con relación al futuro del Tratado de Neutralidad, que "nos coloca bajo el paraguas defensivo del Pentágono".

El evento organizado por Instituto Latinoamericano de Estudios Avanzados (ILDEA), tuvo lugar en el Hotel Caesar Park el 19 de abril de 1999, es decir, doce días antes de las elecciones del pasado 2 de mayo.

Aunque los tres voceros reconocieron la existencia del "paraguas", el de "Nueva Nación" intentó hacer eufemístico su impacto hoy en día; el de "Acción Opositora" se inclinó por un mayor tiempo para tratar el tema con EU, y el de "Unión por Panamá" se fue de bruces contra el pacto pidiendo su derogatoria.

La entonces candidata Mireya Moscoso, llegó a decir durante su campaña algo que pocos políticos de alto coturno osaban siquiera balbucear: "No queremos seguir con ese Tratado de Neutralidad...no queremos la intervención de Estados Unidos en éste país", exclamó para la sorpresa de muchos.

A lo largo de una distendida exposición, el representante de la nómina "Nueva Nación", Marcel Salamín, habló de lo que sería la política exterior del candidato Martín Torrijos, y al abordar lo concerniente a la neutralidad expresó que un objetivo era el "Promover un régimen de neutralidad en función del Canal de Panamá".

Tal régimen debía ser "garantía de que el mismo funcionará como un estrecho marítimo internacional que brindará un servicio ininterrumpido a todas las naciones del mundo sin discriminación, tal como está previsto en el Tratado de Neutralidad Permanente...".

En una especie de evocación acerca de las causas que llevaron hacia la negociación del pacto de Neutralidad, Salamín manifestó que las bases jurídicas del proceso pactado en los Tratados Torrijos-Carter en el contexto de la "Guerra Fría", no podía desconocer ciertos hechos, como por ejemplo, "la necesidad de estructurar un sistema diplomático político y militar, que entregara suficientes garantías acerca de la seguridad de la vía interoceánica, especialmente a Estados Unidos".

Asimismo -dijo- no hay que olvidar ciertas realidades de ese Tratado en el contexto de su tiempo.

"No hay que perder de vista que ese Tratado permeado como estaba de las circunstancias históricas en que fue pactado, resultó un instrumento en donde el peso relativo de las garantías militares, políticas y diplomáticas dependían en mucho" de ciertas hipótesis de guerra y caracterización de amenazas.

"Hoy ese contexto histórico cambió", consideró, y agregó que "desaparecieron también las causas hipotéticas de las guerras y las fuentes de las amenazas relacionadas con la confrontación bipolar", siguió diciendo ante el foro, el representante de "Nueva Nación".

"Tan profundos y drásticos han sido los cambios en los supuestos históricos técnicos y políticos, que se puede afirmar que hoy por hoy, en el Tratado de Neutralidad, se revirtieron las relaciones entre las garantías militares y aquellas políticas y diplomáticas, a favor de éstas últimas".

"Dicho en términos sencillos, pero no por ello menos simples, el paraguas del Pentágono sigue allí, pero está cerrado", reconoció el vocero.

Fue al doctor César Pereira Burgos a quien correspondió la intervención explicativa, acerca de la visión del Tratado de Neutralidad de la alianza presidida por Mireya Moscoso, presidente electa en las recién pasadas elecciones.

Pereira aseguró que "el gobierno de la presidenta Moscoso planteará la derogatoria del documento tal cual está, renunciando a la protección norteamericana y exigiendo la derogatoria de las enmiendas que cercenaron los pocos logros del Tratado".

"Esto supone -añadió- la apertura en cuanto sea posible, de negociaciones con los EU que ejercen las mismas prerrogativas consulares que tienen en el Tratado Hay Bunau Varilla".

Correspondió a José Raúl Mulino, exponer lo que hubiese sido la postura del gobierno de Alberto Vallarino ante el Tratado de Neutralidad.

Mulino aseguró estar en desacuerdo con el Tratado de Neutralidad, pero no cree prudente iniciar en el presente un proceso de negociaciones encaminadas a su derogación.

Dijo creer que "no tenemos la posibilidad exitosa de iniciar una renegociación armoniosa de ese Tratado de Neutralidad.

Tenemos grandes probabilidades de ir a un enfrentamiento político con los Estados Unidos como principal signatario de ese tratado si lo hacemos extemporáneamente".

El ex ministro de Relaciones Exteriores, recordó haber dicho en la Cámara de Comercio esto: "El Tratado de Neutralidad era para los Estados Unidos como el seguro de vida para ver si los panameños hacemos bien nuestra tarea y cada vez me convenzo más de que así es".

Aunque las dos nóminas opositoras coincidían en su oposición al Tratado de Neutralidad, a diferencia de la nómina de "Nueva Nación" que lo defendía, uno de los puntos de controversia entre las dos primeras, estriba en la diferencia de criterios en cuanto al momento oportuno para iniciar negociaciones.

En su intervención César Pereira Burgos manifestó que los conferenciantes que lo acompañaban, Salamín y Mulino, han expresado opiniones en su momento.

"Para el primero, el Tratado de Neutralidad es benéfico...y para el segundo, no debemos hablar todavía de derogatoria del pacto de Neutralidad", sentenció.

Agregó que para el ex canciller José Raúl Mulino, no debemos hablar de tal derogatoria, al menos hasta que se alcance un "periodo de diez años y que la comunidad haya comprendido la seriedad de nuestra administración del Canal".

"En algún momento yo he puesto un techo de diez años. Puede ser antes si lo hacemos muy unidos y ganamos esas credenciales frente al mundo", enfatizó Mulino antes de explicar que a su modo de ver "no existe credibilidad en Panamá en este momento".

Pereira ripostó que el problema de la "credibilidad" es que quienes tienen que definirla van a poder escoger siempre entre creerle a los EU o a Panamá.

"Países amigos envueltos frente a la necesidad de decirle a los americanos y a los panameños, yo te creo a ti, o a ti...eso lo vemos todos los días", dijo.

Cuando un país como Brasil tiene que negociar la deuda externa con el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario y una posición favorable depende de estar mejor con los EU que con Panamá, "le va a creer más a los americanos que a los panameños", indicó, haciendo que la concurrencia prorrumpiera en risas.

Uno de los temas que mayor atención capturó entre los expositores fue el de una inquietud que ha venido gravitando: "¿Puede Estados Unidos invocar el Tratado de Neutralidad para intervenir militarmente, si considera que la situación de la frontera con Colombia es una amenaza para el Canal?

"Yo creo que en el Tratado de Neutralidad no existe ninguna norma que pueda justificar semejante situación", respondió Marcel Salamín, cuando hablaba de la situación de la frontera con Colombia pudiera traducirse en una justificación para aplicar el Tratado de Neutralidad si eso afectara la vía interoceánica.

El representante de "Unión por Panamá", César Pereira afirmó que el narcotráfico colombiano está ligado a la guerrilla desde hace algunos años por razones de su financiamiento, y habló de las ventajas que en algún momento lograron con autoridades panameñas.

"Eso les ha permitido a los guerrilleros colombianos desde Bateman para acá...venir a Panamá cuando querían, como querían y a dónde querían.

Ese es un caso especial, pero yo no creo que eso pone en peligro ni el Canal, ni la seguridad de Panamá", expresó, tratando de responder a la interrogante.

Para José Raúl Mulino, la respuesta tampoco resultó fácil.

"Estas son las preguntas que ponen en evidencia lo elástico de este Tratado en cuestiones de interpretación", dijo ante el auditorio, a quien enseguida procedió a leer lo dispuesto en el artículo V del pacto.

Este artículo, expresó, "establece que después de finalizada la vigencia del Tratado del Canal, sólo Panamá tendrá fuerzas militares en el Istmo".

Pero el conferencista procedió a leer la famosa Reserva DeConcini: "No obstante, la estipulación del artículo V o cualquier otra disposición del Tratado, si el Canal fuere cerrado o se interfiere con su funcionamiento, la República de Panamá y los Estados Unidos de América, cada uno tendrá independientemente el derecho de tomar las medidas considere necesarias de conformidad con sus procedimientos constitucionales, incluyendo el uso de la fuerza militar en la República de Panamá para reabrir el Canal o reanudar las operaciones si fuera el caso".

Tras la extensa cita, Mulino alegó que "si vamos al estricto derecho pareciera que no, pero al punto de la interpretación pareciera que sí. Y como las referencias son obligadas, en la misma sesión del Senado donde se introdujo la Reserva DeConcini", el senador Kennedy hizo unos comentarios".

El senador afirmó en aquella oportunidad: "Tenemos ante nosotros una enmienda a la resolución de Ratificación del Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá, que permitiría el uso de la fuerza militar por cualquier parte, si el Canal fuere cerrado o se interfiriera con su funcionamiento".

Siguió el senador: "Yo me opongo a esta enmienda. Ella revuelve lo que es ya un asunto emocional en Panamá, sin agregar nada a los derechos de Estados Unidos que ya han sido reconocidos por el Tratado.

Desde el comienzo el pueblo de Panamá -y todo el de América Latina­ con razón se ha opuesto a la intervención militar de los Estados Unidos en sus asuntos internos.

Es por ello que los negociadores, la administración y el liderazgo del Senado han cuidadosamente definido y limitado la expresión de nuestros derechos militares para la defensa de la neutralidad del Canal de Panamá.

Aún la reserva sobre arreglos de defensa adoptada por el Senado ayer, establece que Panamá y los Estados Unidos podrán conjuntamente -y hago énfasis en conjuntamente- acordar desplazamientos militares americanos después de 1999, que faciliten el cumplimiento de sus responsabilidades para mantener el régimen de neutralidad sobre el Canal de Panamá".

"Ahora tenemos una enmienda que severamente insiste en nuestros derechos a usar la fuerza militar en Panamá, que siempre ha sido el asunto más sensitivo desde el punto de vista de un Estado pequeño, orgulloso y soberano". [...].

Señor Presidente: Panamá ha esperado 75 años desde su independencia para terminar la ocupación americana de su patria. Debe esperar otros 22 años antes de lograr un control pleno sobre su territorio nacional.

Ahora estamos pidiendo a Panamá que acepte una enmienda que suena a intervencionismo militar, no solamente durante este siglo, sino por todos los tiempos".

"Reconozco que la aceptación de esta enmienda puede facilitar la ratificación de los Tratados del Canal de Panamá.

Si la enmienda es aceptada, yo creo que nuestra nación está obligada por honor a limitar estrictamente su interpretación y a no permitir, como el general Torrijos advirtió en Washington el pasado mes de octubre, que los Tratados puedan convertirse en un instrumento de permanente intervención en Panamá". [...] "Afortunadamente, nuestro derecho de acción militar continúa siendo definido por el Artículo IV del Tratado de neutralidad como lo enmendó el Senado." [...] "Este es nuestro derecho, actuar contra cualquier agresión o amenaza directa contra el Canal o contra el tránsito pacífico de las naves a través del Canal". [...] "Este no es un derecho para tomar acción contra la integridad territorial o la independencia política de Panamá, prohibición de conformidad con el Artículo IV de del tratado".

Aquí terminó la cita de Mulino, quien al final de esa lectura comentó: "Como ven, es materia en exceso ambigua que desafortunadamente opera para los dos lados".

Así respondió Mulino de a la pregunta sobre la posibilidad de que EU pueda intervenir militarmente, si consideran que el conflicto fronterizo amenaza al Canal.

 

 

 

 

 

 


 

En el umbral de los comicios, tres voceros autorizados por igual número de candidatos a la presidencia, expusieron sus puntos de vista proyectando sus intenciones de gobierno con relación al futuro del Tratado de Neutralidad, que "nos coloca bajo el paraguas defensivo del Pentágono".

 

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