FAMILIA
Adiós a las drogas
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Muy Interesante
Efectivamente, la sintomatología
de la adicción es un asunto controvertido, hasta el extremo de que
muchos científicos se niegan a catalogar la dependencia como un proceso
clínico clasificable por sí solo. Sin embargo, la Asociación
Americana de Psiquiatría se ha atrevido a resumir todos estos patrones
en tres grupos de síntomas: pérdida de control o incapacidad
objetiva de dejar de consumir una sustancia; tolerancia o necesidad de aumentar
las dosis progresivamente , y deterioro o permanencia en el uso incluso
cuando está causando irreparables daños físicos, psicológicos
y sociales al consumidor. Si usted conoce a alguien en esta situación,
se encuentra ante un adicto. Esto es lo que la ciencia puede hacer por él.
En los ambientes profanos a la heroína, ésta está
considerada como la más devastadora de todas las drogas. Este derivado
de la morfina, descubierto a finales del siglo XIX, tiene la propiedad de
fluir hacia el cerebro inmediatamente después de ser inyectado y
provocar sensaciones placenteras. Su capacidad de adicción es inmensa
y suele enganchar en pocas semanas. El tratamiento de esta drogodependencia
pasa inevitablemente por un periodo previo de desintoxicación, que
consiste en la supresión del consumo bajo supervisión médica
y no requiere hospitalización en todos los casos. El principal problema
de esta fase es la lucha contra el síndrome de abstinencia.
"La abstinencia nunca mata, pero es sumamente dura", dice el
neurólogo estadounidense Avram Goldstein. Por eso, un buen enfoque
del periodo de desintoxicación es vital. Se puede llevar a cabo en
régimen abierto, es decir, en hospitales de día donde no se
ingresa al paciente las 24 horas. Sin embargo, según Goldstein, "esta
opción tiene un alto porcentaje de recaída en el consumo de
heroína incluso cuando se trata al adicto con potentes fármacos
contra el síndrome de abstinencia".
Otra posibilidad es internar al enfermo en una comunidad terapéutica
en régimen cerrado donde se ofrecen programas de desintoxicación
combinados con tratamientos de psicoterapia y rehabilitación. El
periodo medio de estancia es de seis meses, y su efectividad, alta. Pero
presenta varios inconvenientes.
Primero, que estos centros suelen ser muy caros; segundo, que los adictos
no los aceptan de buen grado, por lo que la tasa de abandono es muy alta
(hasta del 75 por 100 en algunos casos). Sin embargo, el problema del costo
del tratamiento puede, cuando menos en nuestro país, ser superado
si acudimos a los institutos de carácter público que atienden
problemas de adicción. La terapia debe ayudar al individuo a darse
cuenta de que tiene propensión a ser adicto, a darse cuenta de que
responde de manera diferente a las drogas. Debe abordar su respuesta psicológica
y su entorno social. Por desgracia, en México la pobreza es un factor
muy importante para desarrollar adicciones", enfatiza el doctor.
NO HAY QUE FIARSE DE QUIENES DICEN CURARLO TODO
¿Qué se puede hacer, entonces, para elegir una buena comunidad
terapéutica? Los expertos son claros: no acudir a organizaciones
totalitarias que ofrecen soluciones universales para todas las drogas; asegurarse
de que se establecen criterios claros de reinserción; solicitar las
autorizaciones y homologaciones correspondientes; exigir historias clínicas
normalizadas para todos los internos; formular por escrito el pliego de
derechos y deberes del paciente y aclarar la voluntariedad del ingreso.


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