El poema "Te quiero" del uruguayo Mario Benedetti fue cómplice para que el imposible amor entre una costarricense comunista y un sacerdote fuera, como precisamente describe, una realidad de lucha por la justicia y la comprensión.
La amistad entre el ex sacerdote costarricense Francisco Gutiérrez y la dirigente sindical y abogada comunista Cruz Prado, se transformó y tras varios años, de la mano del "Te quiero", sus vidas cambiaron. "Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos, te quiero porque tus manos trabajan por la Justicia", fue más que una coincidencia para Gutiérrez, de 58 años, que dejó sus hábitos para unirse a Cruz, de 45, y quien no profesa ninguna religión.
UN SACERDOTE Y UNA COMUNISTA
El ex sacerdote, con un doctorado en educación y una maestría en comunicación, se hizo popular cuando ayudó a crear la Facultad de Educación de la Universidad Nacional (UNA), y Cruz era consultora de la UNICEF con un título de abogada y conocida líder sindical.
Ambos compartieron trabajos por los derechos de la mujer, desarrollo social y participación y por ello, el momento de unir sus vidas fue un sencillo acto y su compromiso, firmar el poema de Benedetti.
"Porque sos mi amor, mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos", se dijeron uno al otro, según relata el diario "Al Día" de San José.
"Acepté a salir con él porque no representaba una amenaza, pues estaba divorciada y no quería volver a casarme", explicó Cruz al diario.
"El salió conmigo porque le había dicho que lo último que quería era tener pareja. Pero cuando nos dimos cuenta, estábamos enamoradísimos", expresó Cruz, que lleva 15 años junto al ex sacerdote.
UNA HISTORIA DE AMOR VERDADERA
"Yo me enamoré de una mujer que tal vez no cree en el Dios que hemos fabricado los cristianos, pero es una fiel creyente en el amor y Dios es eso. Tiene un corazón más grande que el mío. Si lo vemos así, ella no es atea", explicó Gutiérrez.
Después de años de una relación madura, Cruz señala que "yo no entendía cómo Dios podía condenarlo por amarme, si era un Dios de amor".
Así que unieron sus vidas, en una ceremonia que comenzó con "Gracias a la vida" de la chilena Violeta Parra. |