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De preferencia debes comprar el vino que se exhiba ascotado y en comercios en los que tenga salida.Foto archivo  |
Antes que nada, corresponde estudiar bien las etiquetas. Las que se ofrecen en el mercado, deben especificar básicamente, una de estas tres variantes:
VINO DE MESA O COMUN: Es el vino elaborado con uvas de Vitis Vinífera, el
cual puede edulcorarse o carbonizarse hasta una atmósfera, y su graduación alcohólica
mínima. Es el vino de consumo habitual y se elabora en base a uva criolla.
VINO RESERVA: Es el vino elaborado empleando uvas de Vitis Vinífera de
diversas calidades y a través de una cuidadosa elaboración. Los vinos reserva tintos
suelen someterse, en general, a un ligero añejamiento.
VINO FINO: Es el vino de uvas de Vitis Vinífera provenientes de variedades,
para cada zona de producción, debiendo someterse a una elaboración y cultivo muy cuidadoso.
Si indica el año de elaboración o año de cosecha, como habitualmente se dice,
deberá probarse que éste resulta de un promedio ponderado de vinos de esa temporada que participen
en el corte: también, básicamente un 75 por ciento de vinos del año indicado en la etiqueta.
Observar cuál de estas tres variantes figura en la etiqueta, es la primera precaución para comprar. En cuanto a la literatura que aparece en algunos vinos, sin duda de calidad, no es más que mala poesía. Después de todo los vinos se beben, no se leen...
Tenemos, entonces, las indicaciones básicas para realizar nuestra primera elección. Es útil tener en cuenta ahora en dónde y cómo comprar el vino.
Fijarse, en los restaurantes, de dónde saca el mozo el vino que se ha pedido.
Si proviene de grupos de botellas de pie, cercanas a la parrilla, por ejemplo, puede apostarse a que
estará en mal estado. Tampoco conviene aceptar los vinos que se exhiben como muestra en estantes altos
y, por supuesto, parados. Se trata, en general, de botellas muy viejas, enviadas para promoción, que por
el mal trato han añejado mal.
No comprar nunca, en un comercio, botellas que estén en
las vidrieras. La luz y los cambios de temperatura han afectado ya su contenido.
Preferir los comercios que exhiban el vino acostado y en sitios en donde sea
evidente que las botellas han sido poco afectadas por la luz, los ruidos o sacudidas del tránsito
y los cambios de temperatura.
Y, en último término, comprar el vino en negocios en donde
tenga mucha salida, mucho recambio. Se tendrá al menos la seguridad de adquirir un vino nuevo, que
podrá añejar bien y descansar en la bodega propia.
Una vez que el vino está en casa, después de que haya descansado, al menos una semana, llega el momento de la prueba. Prueba para el vino y prueba para el degustador. |