La mujer estaba molesta. Alzando la voz hablaba mal...¡de los hombres! Decía que "los hombres son unos mentirosos. Te dicen mil cosas para conseguirte y luego te dejan con una barriga". Por supuesto que aquellos varones que habían pasado por la vida de esta humilde mujer, no le pagaban pensión alimenticia de los hijos que procrearon.
Así que la dama tenía cinco hijos de distintos hombres y tenía que luchar a brazo partido para alimentarlos.
Yo la escuchaba un poco alejado del grupo que la rodeaba. Pero como suele ocurrirme con frecuencia, llega el momento que no puedo quedarme callado.
Entonces me acerqué y le dije: "señora, sea responsable. No le eche toda la culpa a los hombres. Yo puedo aceptar que el primero la engañara. Pero el segundo, tercero, cuarto y quinto, ¡NO!
"Usted ya tenía la experiencia negativa y ha debido ser más responsable cuando se acostó con ellos", terminé enfadado.
La mujer abrió la boca... y se quedó callada, avergonzada ante mis palabras. Con voz baja dijo que "siempre me engañaron...".
Si hay algo que me choca es que haya personas que no asuman su responsabilidad por los actos que realizan.
Es muy cómodo echarle la culpa a los demás, para no aceptar su cuota de error en un asunto.
Como esa dama irresponsable con las parejas que tuvo, hay otros panameños que tienen una actitud parecida en sus trabajos.
Cuando algo hacen mal buscan mil y una excusas para no aceptar la culpa que tienen. Incluso son capaces de señalar a un compañero como el responsable por falla.
Ni qué hablar de la juventud. Algunos muchachos desenfrenados cuando se den cuenta de su error, culparán a los padres, a la sociedad, a la Policía, etc.
Todos tendrán la culpa de sus fracasos escolares, de sus embarazos precoces, de caer en las drogas, etc. ¡Ellos son inocentes!
Me parece que los padres, primero, y luego en la escuela, deben decirle a niños y jóvenes que es correcto aceptar sus errores.
Todos los seres humanos cometemos errores. Lo malo es repetirlos como hizo la dama "engañada" por cinco hombres.
La experiencia es una de las maneras más sencillas de aprender. Uno aprende tanto de los errores como de los éxitos. Así que no hay excusas para volver a cometer la misma falta...
Ni qué hablar de los politiqueros criollos como ejemplos de personas irresponsables. Aquí brillan los diputados, que no quieren aceptar que ellos nombraron al actual "Defensor del Pueblo"... para bien o para mal de todos los panameños.