Durante nuestro recorrido reciente a Europa, tuvimos la oportunidad de informarnos de la perspectiva que tiene Panamá y del respaldo logrado para la futura ampliación del canal interoceánico. En Bélgica, confirmamos dos realidades. La empresa Tractebel Engieneering es la favorita para adjudicarle la construcción de las nuevas esclusas gigantes en Miraflores y Gatún. El grupo belga fue quien diseñó los modelos de los cajones para permitir los barcos Post-Panamax y las compuertas corredizas de las mismas.
Otro hecho importante es que el Banco Europeo de Inversión (BEI) está interesado en el financiamiento del proyecto de ampliación, e incluso el presidente de esta entidad, Orlando Arango, destacó que en el caso que un grupo empresarial del Viejo Continente obtenga la licitación para las obras canaleras, ellos aportarían el capital.
En Austria, hay que admitir que el Canciller Samuel Lewis Navarro y el Ministro de Comercio, Alejandro Ferrer, obtuvieron un rotundo éxito en sus reuniones con los líderes europeos para vender a Panamá.
Paralelamente, Panamá aplacó las suspicacias de Estados Unidos en el tema de la modernización canalera. Ya se desvirtuó la tesis de Hillary Clinton y la supuesta amenaza de China Popular en América.
Por ahora, todo parece color de rosa, pero en el "frente interno", tanto el Gobierno panameño con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) están perdiendo terreno en el debate sobre la conveniencia de la ampliación. Una encuesta de un medio impreso reveló que el "Sí" bajó cuatro puntos, legando a 56%, mientras que el "NO" subió 10 puntos, es decir 29%.
Quizás la declaración muy desubicada del Administrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta, de que para leer los 120 estudios sobre la ampliación había que saber Inglés, porque es el idioma internacional naviero y el de los negocios, sonó demasiado fuerte. Es cierto que Panamá es un país dedicado a los servicios, pero sólo un 35% de su población, según algunos expertos, conoce el Inglés. Es lógico que si uno vende un proyecto de ampliación debe divulgarse en el idioma oficial del país, a saber en este caso el Español.
Sugerimos a la ACP y a su directiva que deben tener más cuidado en sus declaraciones altaneras. Pero creemos que la culpa no es de Alemán Zubieta o del ex ministro Ricaute Vásquez. Puede ser que las mismas Relaciones Publicas de la ACP sean el problema.
Igual pasa con el gobierno de Martín Torrijos. Fue un craso error comenzar el debate canalero y la promoción del "Sí" en el referendo posterior sin haber salvado el escollo de la alto nivel del desempleo en el istmo.
Se estima que unos 200, 000 panameños, gran parte de ellos profesionales preparados, están sin trabajo. Esa gente de seguro votará "NO" a la ampliación por razones obvias.
Lo reitero nuevamente. Cuando uno hace una elección consultiva de medio término en un Gobierno impopular, suele haber voto de rechazo en masa.
Ojalá esto no sea el caso, pero si la ACP y el Gobierno no resuelven el problema del desempleo, o que bajen un poco el incremento del mismo, a finales del año el referendo canalero será el golpe más duro que sufrirá nuestro país y sus metas de desarrollo futuro.