Los candidatos a la Presidencia peruana, Ollanta Humala y Alan García, entraron de lleno en sus campañas para la segunda vuelta del 4 de junio, con acusaciones mutuas de colaborar con el ex asesor de inteligencia Vladimiro Montesinos.
Más relajados tras el debate cara a cara del domingo, que la mayoría de los analistas considera concluyó con un empate, Humala afirmó que su rival ha pactado con Montesinos su impunidad.
El socialdemócrata "es el candidato de Montesinos" y busca una "repartición del poder" con García, señaló el ex comandante nacionalista a Radio Programas del Perú (RPP).
Humala se quejó de que el que fuera el principal asesor del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000) haya intentado "pulverizar" su candidatura al acusarle de haberse prestado a ayudarlo para huir del país en el 2000 y considerar que el levantamiento que protagonizó contra el régimen fujimorista fue un "engaño".
Para Humala, es "lógico" el apoyo de Montesinos a García al contar con que un cercano colaborador de su ahora contrincante político, el ex ministro del Interior Agustín Mantilla, recibió 30, 000 dólares de manos del controvertido ex asesor.
El ex presidente García (1985-90) respondió que el verdadero candidato de Montesinos es el propio Humala y también del dirigente venezolano, Hugo Chávez.
También en declaraciones a RPP, agregó que la denuncia de Humala "es un argumento politiquero y electoral", tras matizar que durante el debate del domingo respetó el compromiso de no mencionar a Montesinos.
El encuentro de García y Humala se caracterizó por las buenas formas, escasez de ataques personales y por un aluvión de promesas, muchas inalcanzables para algunos analistas, sin una explicación clara de cómo lograrán sus objetivos.
El jefe de la Misión de Observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), Lloyd Axworthy, calificó el debate de "saludable".