Se acabó el suspenso inesperado que los Cavaliers de Cleveland dieron a la eliminatoria de las semifinales de la Conferencia Este después que los Pistons de Detroit recuperaron su condición de campeones y "Bad Boys" para llegar por tercer año consecutivo a las finales de la Conferencia Este.
Sus próximos rivales serán los Heat de Miami, el equipo que fue su víctima la pasada temporada al eliminarlo también en siete partidos en la lucha por el título de campeones.
La inspiración individual del alero LeBron James, alguna ayuda especial de los árbitros y la inconsistencia en el ataque de los Pistons permitieron que los Cavaliers después de perder los dos primeros partidos de la eliminatoria lograsen tres triunfos consecutivos y estuviesen a uno más de dar la gran sorpresa.
Pero los Pistons se dieron cuanta que tenían ya más espacio para el error y las concesiones y en el sexto ganaron de visitantes para recuperar la ventaja de campo y volver al suyo, el Palacio de Auburn Hills, donde "machacaron" a los Cavaliers por 79-61.
La realidad se impuso y tanto el entrenador de los Cavaliers, Mike Brown, como James, de 21 años, que tuvo su primer experiencia en la fase final del campeonato, reconocieron que la defensa de los Pistons se merecía todo el crédito por hicieron un gran trabajo y confirmaron que son un equipo ganador y campeón.