El Consejo Municipal de Panamá recibió una propuesta que añadiría a la reglamentación del máximo de horas permitidas en las construcciones, nuevas responsabilidades a empresas constructoras.
Manuel Jiménez Vacca, mismo proponente del proyecto "Panamá sin Ruido", planteó al consejo la construcción de barreras de atenuación sonora (hechas de madera, bloques, hormigón y metal) alrededor de las zonas en que se produzcan sonidos mayores de 10 decibeles.
Además, propuso que se exija el uso de mallas protectoras, que el promotor de la construcción presente un plan de control de ruidos, que se establezca un límite a los decibeles permisibles, e identificar las principales fuentes de ruido en las construcciones.
Asimismo, se propuso al Consejo Municipal de Panamá la creación de una comisión de control de ruidos y vibraciones, que se encargaría de coordinar las acciones de prevención y control, apoyo y supervisión de planes, proyectos y campañas educativas masivas instrumentadas con este objeto.
Entre las atribuciones asignadas a esta comisión, estarían, ser la autoridad de aplicación de la Ordenanza, asesorar a la administración municipal, promover el contacto con centros científicos, entre otras que se dispongan para tal fin.