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FAMILIA
Medite las preguntas siguientes

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Redacción
Crítica en Línea

¿Ha perdido el interés por su aspecto y se ha deteriorado su higiene personal?

¿Ha perdido interés por sus aficiones, deportes y actividades favoritas?

¿Han cambiado sus pautas de sueño y de alimentación?

¿QUE HACER?

Las respuestas afirmativas a las preguntas anteriores podrían indicar que toma alcohol u otras drogas. Sin embargo, esos signos se pueden aplicar también a un joven que no toma drogas pero puede tener otros problemas en la escuela o en la familia. En caso de duda, busque ayuda. Su médico de cabecera, o la clínica que le corresponda, deberían hacerle un examen, para descartar enfermedades o cualquier otro problema físico.

Compruebe la existencia de los signos y la parafernalia unidos a las drogas. La posesión de elementos comunes al uso, como pipas, papel de fumar, frasquitos de medicinas, polvos blancos y encendedores de gas podrían ser la señal de que su hijo toma drogas.

Incluso cuando los signos son evidentes, lo que habitualmente se produce cuando el joven las tomas desde hace algún tiempo, a veces los padres no quieren admitir que su hijo pueda tener algún problema. La cólera, el resentimiento, la culpa y el sentimiento de que han fracasado como padres son algunas de las reacciones comunes.

Si su hijo toma drogas, es importante que evite culparse a sí mismo del problema y que obtenga la ayuda necesaria para que deje de hacerlo. Si se enfrenta al problema con prontitud, hay muchas posibilidades de que pueda ayudarle.

No se enfrente nunca a un hijo sometido en ese momento a la influencia del alcohol o las drogas. Espere a que esté sobrio. Después, analice con él sus sospechas con calma y objetividad. No es fácil. Si necesita tranquilizarse, dé primero un paseo. Si es necesario, solicite la ayuda de otros integrantes de la familia.

Hable con sus hijos sobre las drogas y establezca las normas familiares. Es extremadamente importante que el mandato de "no a las drogas" quede establecido claramente, comprobando que lo ha comunicado claramente a sus hijos.

Ante una violación de las reglas, imponga y mantenga las normas disciplinarias decididas por la familia. No ceda ante la promesa de su hijo de que no volverá a hacerlo.

Ante el tema del uso de drogas y alcohol, muchos jóvenes mienten (lo mismo que muchos adultos). Si cree que su hijo no es sincero y las evidencias son poderosas, quizás convenga que lo evalúe un profesional de la medicina experto en la diagnosis de adolescentes con problemas relacionados con el alcohol y las drogas. Si decide abordar este camino, recuerde que lo que intenta hacer es ayudar a su hijo.

La visita al médico no debe parecer una amenaza o un castigo.



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La visita al médico no debe parecer una amenaza o un castigo.

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