La Dirección Nacional de Migración desarticuló una organización dedicada al tráfico internacional de personas. Doce individuos fueron puestos a órdenes de las autoridades competentes, entre ellos un inspector de la institución, que presuntamente colabora con la red.
En la diligencia realizada en el aeropuerto de Tocumen se determinó que cinco cubanos entraron a Panamá con visas otorgadas en Cuba.
La presunta cabecilla de la red, Mercedes Morera Roche, de origen cubano, pero nacionalizada costarricense, era quien esperaba a las personas en el aeropuerto. Junto a ella fueron detenidos su concubino Benito Román y un colaborador panameño.