Alimentos grasos, refrescos azucarados y potajes demasiado salados figurarán durante la próxima semana en el menú de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que va a pedir a sus 192 miembros y a los industriales que promuevan el ejercicio físico y regímenes alimentarios más sanos.
La asamblea anual de la OMS, que iniciará el lunes una reunión de seis días, se pronunciará sobre una resolución en la que se pedirán esfuerzos para mejorar la alimentación e incitar a las personas a hacer 30 minutos de ejercicio diarios.
"Podría tratarse de uno de los cambios más importantes en materia de política alimentaria", señala Derek Yach, principal experto de la OMS para la estrategia mundial de alimentación, ejercicio físico y salud.
Pero la ambición de luchar contra las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y diversos tipos de cáncer choca con los intereses de los productores de dos importantes materias primas: el azúcar y la sal.
Cada año, el 60% de las muertes por enfermedad registradas se deben a enfermedades no transmisibles.