El chef Carlos Herrera, de 40 años, está a salvo de "a vaina", ya que después de sufrir un aparatoso accidente en su auto americano, resultó ileso.
Herrera, un chef calificado chiricano, salió de su trabajo la madrugada de ayer, miércoles, y camino a su hogar abordo de su vehículo, por poco pierde la vida tras llevarse una valla publicitaria.
¿QUIEN DIJO "EXPERIENCIA"?
Según el "survivor" Herrera, él iba conduciendo a "buena velocidad" su auto, un Chevrolet blanco con placa 198052, por la vía Domingo Díaz, cuando sintió un desperfecto en el carro.
El hombre escuchó un ruido extraño en el vehículo cuando se hallaba bajando la loma, donde antes estaba ubicada la estatua Roosevelt.
Lo cierto es que Herrera no le dio la debida importancia al ruido, y siguió conduciendo.
Al llegar a la parada de bus que está frente a la barriada Villa Lucre, perdió el control del automóvil y se montó a la acera.
Una vez en la acera trató de maniobrar, pero le fue imposible, el vehículo se fue contra una valla publicitaria gigante que estaba ubicada al lado de un poste de tendido eléctrico.
Un transportista de taxi que transitaba por la vía en esos momentos, notó el percance, y trató de socorrer a Herrera.
Pero, notó que Herrera no se movía, salió corriendo asustado y llamó a la Policía de Tránsito.
Las unidades se presentaron al lugar y luego los bomberos. La víctima dio gracias a Dios porque está con vida.
Los camisas rojas desconectaron la batería del auto y después de cerciorarse de que no había ningún peligro, se retiraron.
¡ADIOS PLANES!
"Nuestro Señor sabe por qué hace las cosas", dijo Herrera asustado. "Yo tenía pensado ir el fin de semana a Chiriquí a buscar a mi madre y a darle la noticia que había comprado auto, pero a lo mejor Dios no quiso que me matara con ella y mi familia", dijo la víctima.
"Para obtener ese carro, señor periodista, tuve que ahorrar un año y pedirle prestado a mi jefe. Es decir que todavía le debo a él, y no creo que vuelva a poseer otro coche", dijo entre lamentos y dolor, Herrera.