Sorpresa y un nuevo disgusto causó la entrega a la justicia del prófugo ex gerente, ex legislador y ex viceministro, Bolívar Pariente; quien una vez más se burla del pueblo y la justicia panameña.
Todo parece un show montado por la ex mandataria Mireya Moscoso, quien tiró la línea de recurrir al socorrido argumento de la supuesta persecución política y el pretendido martirologio arnulfista.
En un tiempo tuvimos a "Boli" en la lista de nuestros amigos, después le perdimos la pista, porque empezó a desdibujarse, su rostro se transfiguró y comenzó a parecerse a Mireya Moscoso, como muchos otros arnulfistas que se olvidaron de la historia gloriosa del ahora minúsculo colectivo opositor.
Esos arnulfistas raizales empeñaron su moral política y sus trayectorias a cambio de contar con un puestecito y el espaldarazo de la "Doña".
Las consecuencias posteriores y electorales de este "empeño" masivo son conocidas por todos, con la caída al sótano electoral del Partido Arnulfista, ahora Partido Panameñista. Cambio de nombre que es una confesión de los pecados y arbitrariedades cometidas por los llamados "Mireyistas", que buscan con la antigua bandera panameñista lavar la cara y hacer creer al pueblo panameño que ellos no son los que perdieron las pasadas elecciones en medio de un escándalo monumental.
Las autoridades deben investigar a los compañeros que prestaron sus casas y propiedades para ocultar al prófugo más célebre de los últimos tiempos. Hay que tener mucho cuidado para no caer en esta nueva trampa propagandística, que tiene como objetivo reciclar la desgastada imagen de un grupo responsable de múltiples desatinos que han costado millones de dólares al erario, y que son objeto de investigaciones en el Ministerio Público.
No conforme con quebrar las finanzas públicas y dejar al país sumido en el caos administrativo, esta misma gente, encabezada por la infaltable señora Moscoso, con todo respecto a su condición de dama, sigue comprometida en hacerle daño a su mismo partido.