Quizás usted conozca a una persona que dañe todo cuanto toca. No estamos hablando en el campo personal -porque también hay gente que son campeones en esta categoría- sino el área de lo material.
Hay gente a la que usted no le puede prestar un vehículo, porque al rato retorna con el cuento, que de repente el auto presentó una falla y se le paró en medio de la calle.
Igual sucede con cualquier equipo electrodoméstico, herramientas, libros y cuanta cosa se puede prestar. Hay gente que no cuida las cosas. En pocas palabras son ordinarias y nada dura en sus manos.
Este tipo de personas se ganan luego una fama de destructores, que a la postre nadie quiere prestarle nada. Hey las cosas cuestan mucho dinero y bien pendeja sería una persona confiarle algo de su propiedad a un sujeto que actúa como Trucutú, en los mejores tiempos de los cavernícolas.
En verdad hay que ayudar a las personas, pero eso no significa que uno tiene que aceptar así nomás que otro destruya lo que te ha costado conseguir con el sudor de tu frente y de otras partes del cuerpo también.
Si alguien le presta algún artículo, usted como persona responsable debe brindarle aun mayor cuidado que si fuera suyo y devolver la herramienta o el equipo limpio y en buenas condiciones.
En caso de registrarse algún deterioro de lo prestado, debe notificarlo al dueño y no ocultarlo. Además lo más correcto es que usted asuma el costo de la reparación y no hacerse el loco o el disimulado, porque a usted ni a nadie le gustaría que le devuelvan vuelto leña algo que entregó en perfectas condiciones.
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