Luego de los hechos de sangre donde un menor de 17 años murió decapitado por un machetazo que le propinó su vecino de 16 años, los familiares de ambas partes podrían desencadenar una disputa más violenta si las autoridades no adoptan los correctivos para acabar con la fabricación del chirrisco y otras bebidas fermentadas.
Eso es lo que perciben muchas personas del área.
Ese hecho tiene preocupados a muchos moradores del lugar porque cada vez que hay una fiesta donde se bebe el chirrisco, hay peleas.
Juan Guerra, corregidor del área, señaló que existe un alto consumo de bebidas fermentadas, pero tiene temor por las amenazas que ha recibido de parte los fabricantes puesto que no cuenta con unidades de la Policía Nacional para mantener el control y poder sancionar a los infractores o fabricantes de chirrisco.
Las muestras fehacientes de que el alto consumo y fabricación de las bebidas alcohólicas fermentadas en muchas comunidades campesinas de la provincia de Veraguas, donde se hacen juntas de trabajo, es un problema que las autoridades de manera conjunta tendrán que resolver ante la ola de violencia que llega a los extremos de enfrentamientos entre campesinos.
Florentina Rodríguez, madre del joven que decapitó a Bonilla, tiene en la cárcel a tres de sus hijos por supuestos homicidios cometidos bajo los efectos de las bebidas fermentadas.
En tanto, los familiares de Rosario Bonilla, muerto a machetazos por su vecino de 16, señalaron que el mismo deberá permanecer preso toda su vida porque de lo contrario, correrá otra suerte cuando quede en libertad.
CRIMENES 17 TEMOR
El muerto tenía sólo 17 años. En los poblados cercanos la situación sigue siendo tensa porque los consumidores enloquecen y provocan serios problemas.
