La ampliación del Canal de Panamá se reviste de suma importancia ya que nos permite ver la vía interoceánica como una entidad propia y como tal, expresar nuestro parecer sobre su función y resultados.
Ligado a este asunto, se encuentran los recursos naturales del entorno canalero, uno de los más importantes en todo el mundo, porque de ellos depende la supervivencia de la vía. Sobre esto se han tomado decisiones y medidas que han dejado por fuera a protagonistas esenciales.
El pago por los servicios de protección ambiental se fundamenta, ya que es necesario salvaguardar las fuentes hídricas, los bosques, que en su mayoría no están próximos a las áreas urbanas y se encuentran expuestos con mayor incidencia al clima y las necesidades básicas de poblaciones marginadas.
Desde los tiempos de la presencia militar colonialista estadounidense, los panameños y panameñas humildes, campesinos e indígenas, ha cuidado los bosques de la cuenca del Canal, sin que nadie les haya reconocido ningún emolumento, por desempeñar una actividad que genera millones de balboas.
La indiferencia de los diversos gobiernos no ha permitido estimular el desarrollo de un proyecto de protección de los bosques a pesar de que el agua es un factor determinante en el paso de embarcaciones a través de las esclusas.
Este criterio nos llevaría entonces a reconocer que todos los que salvaguardan la vegetación deben cobrar a quienes contaminan el agua. Si se realizara un cálculo de lo que el Canal debe a estos panameños y panameñas, no pudieran obtenerse los millones para pagarles.
Ahora que se habla de la ampliación de la ruta, debe tomarse en cuenta el cuidado de los bosques y reconocer estipendios a quienes han cuidado y mantenido en buen estado esos santuarios ecológicos.
Los ticos, por ejemplo, tienen varias organizaciones dedicadas a esta labor y una de ellas es el Centro Científico Tropical que ofrece sus servicios a quien lo requiera. Existe el método para llevar a cabo las tareas, lo que hace falta, al menos en Panamá, es la voluntad política para impulsar un proyecto de seguridad de los bosques, que tendría razón de ser si se dedicara a levantar las áreas marginadas donde existe la pobreza extrema.
Debe hacerse justicia a estos humildes panameños y panameñas de la cuenca del Canal que, teniendo el recurso más valioso, no obtienen nada a cambio. Por mencionar un ejemplo, es como si tuviera valor la extracción del petróleo, más no así el propio recurso.