Zacarías Moussaoui, que fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por los atentados del 11-S, ha demostrado ser un hombre difícil y quizá con una mente perturbada.
Probablemente por eso, el jurado que durante más de un mes se ha ocupado del caso, resolvió que merece cadena perpetua en lugar de la pena capital que la Fiscalía persiguió durante todo el juicio.
Este francés de origen marroquí nacido el 30 de mayo de 1968 en el pueblo pesquero de San Juan de Luz (sur de Francia), ha derrochado en su proceso tanta incoherencia como radicalismo.
Uno de sus carceleros contó en el juicio cómo Moussaoui se reía "todos los días" al regresar del tribunal a su celda, después de escuchar a los familiares de las víctimas de los atentados del 11 de setiembre del 2001 en Nueva York y Washington.