La capital de Colombia amaneció por segundo día, con una huelga de autobuses que redujo el servicio en un 80 por ciento, por la oposición de empresarios a la ampliación de un moderno sistema de vehículos articulados.
Los propietarios de vehículos privados resolvieron no sacarlos a las calles para exigir que la alcaldía de Bogotá anule una serie de medidas como la prohibición de que circulen autobuses viejos por ciertas avenidas y en otros casos el día de parada forzosa según el número de matrícula, decretado para reducir la contaminación.
El alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, advirtió de que no negociará mientras esté suspendido el servicio y anunció cuantiosas multas y la suspensión de las licencias a las empresas de autobuses que persistan en el paro.
MILLONES DE PERSONAS HAN DIDO AFECTADAS
Por lo menos cuatro millones de personas -casi la mitad de la población capitalina-, se han visto afectadas por la falta de transporte y la alcaldía recomendó suspender las clases en escuelas y colegios.
Entretanto, la actividad comercial tuvo pérdidas calculadas en 20 millones de dólares en negocios o ventas no realizadas.
El alcalde Garzón explicó que durante la huelga de autobuses el índice de polución ambiental se redujo en más del 60 por ciento, lo que le da razón a las medidas adoptadas.
Distintos medios denunciaron que, pese a los planes impulsados en los últimos cinco años para frenar la saturación de las calles con autobuses privados, en los últimos meses algunos empresarios lograron matricular 2.000 vehículos más. El crecimiento de la flotilla se hizo contrariando normas de regulación.
HUELGA DE TRANSPORTE
16 Heridos
Los bogotanos sufrieron graves problemas para trasladarse. Se registraron disturbios en algunos sitios de la ciudad, que ocasionaron 16 heridos y más de 70 detenidos.