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Venta de armas mantiene polémica entre Nicaragua y Panamá

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Panamá
AP

La venta de un viejo armamento por parte de Nicaragua, que terminó al parecer en manos de los paramilitares colombianos, mantiene encendida una fuerte controversia entre las autoridades nicaragüenses y panameñas.

También ha sacado a la luz un viejo problema en la región: el trasiego de armas hacia Colombia desde Centroamérica, especialmente de países que vivieron conflictos armados.

El canciller panameño José Miguel Alemán atizó el fuego el jueves, al señalar que el caso de las armas es un problema interno'' y de corrupción'' de la policía nicaragüense.

Previamente, el jefe de la policía nacional de Nicaragua Edwin Cordero lanzó dardos a su colega panameño Carlos Barés calificándolo de mentiroso''.

El intercambio de acusaciones alcanzó tal nivel, que los presidentes de Panamá y Nicaragua programaron reunirse el próximo miércoles en Costa Rica, en el marco de la toma de posesión del presidente electo Abel Pacheco, para aclarar el caso.

La policía nicaragüense vendió en noviembre pasado unos 3.000 fusiles de asalto AK-47 y un gran cargamento de municiones a una empresa inscrita en Guatemala (GIRSA), propiedad de dos israelíes, quienes aseguraron que las armas tenían como destino la policía panameña.

El Departamento de Armas y Municiones de Guatemala informó esta semana que canceló la licencia para comercializar armas a los propietarios de GIRSA, Oris Zoller y Uzzi Kisinevich, por su implicación en este caso El arsenal fue embarcado en un buque de bandera panameña y llevado a Colombia, donde estaría en poder de los paramilitares.

Las autoridades panameñas acusaron a los dos israelíes de utilizar documentos falsos de la policía nacional para hacer la transacción y reiteraron que nunca tramitaron la compra del arsenal, valorado en cinco millones de dólares.

El gobierno panameño argumentó que Nicaragua no cumplió en esa venta con la Convención Interamericana contra la fabricación y el tráfico ilícito de armas de fuego, municiones y explosivos.

Este es un entuerto de Nicaragua y que ellos vean a ver cómo lo resuelven sin manchar el nombre de los demás países y de nosotros'', manifestó Alemán. Panamá, empero, no ha podido estar al margen de los casos de tráfico de armas entre Centroamérica y Colombia, que habrían tomado fuerza después del fin de las guerras en El Salvador y Nicaragua.

El ex presidente Guillermo Endara señaló el viernes que tras el fin del conflicto nicaragüense entre los contras'' y el gobierno sandinista, quedó un exceso de armas que ha servido de oferta para grupos irregulares colombianos''. Panamá no tiene vela en este entierro'', consideró.

Los decomisos de armas han sido frecuentes aquí en años recientes. Son armas que van en tránsito y que provienen de países como El Salvador y Nicaragua, donde se han realizado situaciones conflictivas en el pasado'', ha dicho Barés.

Justo cuando Panamá rechazaba toda vinculación con el reciente caso de armas vendidas por Nicaragua, la policía incautó 43 fusiles AK-47 y municiones en la caribeña provincia de Colón, donde se han realizado el grueso de los decomisos.

 

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