Torrijos busca la presidencia bajo el legado político de su padre

Torrijos busca la presidencia bajo el legado político de su padre

Panamá
AFP - Crítica en Línea

Martín Torrijos Espino, cuyo emblema tico apellido recuerda el legado político de su padre, el desaparecido líder populista Omar Torrijos, es un joven economista y politólogo liberal de 35 años que aspira, como favorito, a la presidencia de Panamá bajo el cobijo del oficialismo.

Torrijos, quien surgió en la escena política el año pasado tras ganar sorpresivamente las elecciones primarias del gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata) al derrotar a otros once aspirantes, es desde 1992 el secretario general del Frente de la Juventud de su partido.

Según los allegados del candidato por la coalición oficialista Nueva Nación, liderada por el PRD, los logros de Torrijos dentro del partido han sido "por su trabajo y no por su apellido".

Casado con la publicista Vivian Fernández, con quien tiene dos hijos, Torrijos se graduó en Ciencias Políticas y Economía en la Universidad Texas AM, en Estados Unidos, tras haber realizado sus estudios secundarios en la St. John's Academy Military.

Con una apariencia física muy similar a la de su padre, Torrijos tuvo una gestión discreta en el gobierno del actual presidente Ernesto Pérez (1994-1999), donde ejerció el cargo de viceministro de Gobierno y Justicia, puesto que abandonó a inicios de año para dedicarse a su campaña.

El candidato favorito según la mayoría de los sondeos, es hijo del extinto general Omar Torrijos, quien encabezó un golpe militar el 11 de octubre de 1968 contra el presidente Arnulfo Arias, quien fuera esposo de la candidata presidencial opositora Mireya Moscoso, principal rival de Martín Torrijos.

"El Muchacho" y "El hijo del General", como le dicen sus amigos y simpatizantes políticos, ha rechazado categóricamente encarnar el "continuismo"del presidente Pérez, tal y como lo acusa la oposición.

De la mano del PRD, el partido con mayor número de seguidores en el país, Torrijos ha guiado su campaña bajo la sombra de su padre al que ha calificado en sus comerciales publicitarios como "un hombre irrepetible", que incorporó a grandes capas sociales desfavorecidas en su proyecto político y social entre 1968 y 1981.

Con una amplia sonrisa y "porte de modelo", según sus admiradoras, Torrijos se ganó rápidamente en los últimos seis meses la simpatía de miles de jóvenes entre los 18 y 25 años, la mitad de la población electoral, así como de grupos de profesionales desvinculados a los doce partidos políticos involucrados en la contienda.

Los adversarios de Torrijos, quien confesó recientemente que todas sus decisiones las comparte con su esposa Vivian, lo acusan de ser cómplice en el proceso de privatización de los servicios públicos de telefonía y electricidad y de apoyar la reducción de los aranceles en la agricultura.

Sus colaboradores de Torrijos, por su parte, lo definen como un político sin un pasado sucio, sin manchas en su gestión pública o privada y con un discurso similar al de su padre, a quien le gustaba afirmar que "quien menos consulta, menos se equivoca".

Según las encuestas, Torrijos ha mantenido una ventaja de al menos diez puntos frente a su principal rival, la opositora Mireya Moscoso, aunque en las últimas semanas algunos sondeos le han otorgado a la aspirante de la oposición una ventaja de 1,9% en la intención de voto.