El jurado en el caso contra Zacarías Moussaoui, el único acusado en EEUU por los atentados del 11-S, inició ayer las deliberaciones para decidir si debe ser condenado a muerte o a pasar el resto de su vida en prisión.
Es la única cuestión que se plantearán los doce miembros del jurado, tras escuchar los argumentos finales de la acusación y la defensa.
Ya habían llegado a la conclusión de que el acusado era elegible para la pena capital, al constatar que sus mentiras a la Agencia Federal de Investigación (FBI) sobre los planes terroristas del 11 de septiembre del 2001 ocasionaron la muerte de al menos una persona.
En caso de que opten por la pena capital, tendrán que hacerlo de forma unánime.
Los abogados de Moussaoui argumentaron que su cliente, que en ningún momento colaboró con ellos, debe ser sentenciado a cadena perpetua.