Alguien una vez me dijo que el peor enemigo de un panameño es otro panameño, y parece que es cierto. Las veces en que tenemos la oportunidad de progresar y echar hacia delante, de superar nuestra mentalidad de tercer mundista, surge otro panameño mucho más inteligente perteneciente de otra galaxia de alta mentalidad con la firme intención de anular las ganas y los motivos de superarse de su coterráneo. Es decir, que si deseas poner una tienda, el vecino te pone otra al lado, y si no puede, te la destroza a punta de mala propaganda e intrigas falsas con tal de verla sucumbir.
Y esto no se da sólo en las capas bajas y medias de la sociedad, en las capas altas y aristocráticas surge la idea de que contratar a un panameño en tareas laborales es altamente peligroso. Simplemente el panameño no está preparado.
En una empresa familiar es mejor poner al niño de la casa que contratar a un profesional serio y vernáculo.
Esto sigue así hasta en los Megaproyectos..., ya por ahí se están oyendo voces de que en la ampliación del canal no tenemos panameños preparados.
Es curioso, tenemos un lucrativo conjunto de políticos que sí se notan que no están preparados anunciando megaproyectos para otros que no sean para los panameños ya que nosotros no estamos preparados.
Es como una guerra fría disfrazada. Una guerra civil en que somos pro mundi beneficio menos para nosotros. Nos odiamos, queremos que la civilización occidental nos acepte como en "vías de desarrollo", pero si apoyarnos. Pero esto no se queda sólo en los políticos. Los líderes de todos los gremios, llámese empresariales, sindicatos, transportistas, profesionales, es increíble que esta terrible regla de Morphy se proclama y se cumple. Cuando los profesores desean un beneficio, sacrifican al estudiante, y más duro le pegan, porque es al estudiante de los estratos sociales que más necesitan de ese bien que se llama educación. ¿Estaremos conciente de que nos estamos haciendo daño? En mi concepto, sí tenemos panameños preparados, con un alto grado de cultura, porque se ha comprobado de que el panameño sí lee y tenemos un conjunto de profesionales de altos estándares universitarios que están conduciendo taxi o "camaroneando", ya que, el otro panameño no le da la oportunidad de trabajar.
