En el ser humano en particular, la larva se puede hospedar en las cavidades, especialmente en las fosas nasales de personas con secreción constante.
La penetración del gusano en el tejido subcutáneo, y la inflamación que allí provoca, son dolorosas.
El gusano se ha reportado con la presencia de larvas en varias partes del cuerpo, principalmente de la cabeza, brazos, espalda, abdomen, glúteos, muslos y axilas.