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EDITORIAL
Semana del Idioma
Sin lenguaje no hay comunicación. Sin comunicación no hay entendimiento y sin éste no hay progreso en los pueblos. El idioma es la identificación de cada pueblo y el buen uso de él hará la diferencia entre las sociedades.
En estos días el país celebra la Semana del Idioma y en Panamá el estandarte del habla lo lleva el heredado de la Madre Patria España.
Sin embargo, por ser nuestro país un lugar de tránsito, puerta de otras culturas, nuestro más preciado tesoro que nos hace diferente ante otros pueblos, se está deteriorando.
El Español es una de las lenguas más ricas en signos lingüísticos, pero así mismo en nuestro querido Panamá es una de los idiomas más maltratados que hay. En ocasiones se escuchan a ciudadanos de habla castellana mezclar la pureza del lenguaje con otros sonidos extranjeros dando una connotación totalmente diferente a los conceptos originales de la palabra escrita o hablada.
Ello se manifiesta en las expresiones “de moda” que utilizan algunos jóvenes y que al mismo tiempo son reforzados por conductas que se viven en las calles y de las cuales se hacen ecos instrumentos de manejo de masas.
La influencia del desarrollo de la tecnología y con ella la llegada del internet, han influenciado en la adopción de elementos que enturbian la lengua nuestra.
Es oportuno recordar que la literatura española hace alusión a uno de los más ilustres representantes de la Lengua Española, Don Miguel de Cervantes Saavedra, conocido como El Manco de Lepanto y autor de una de las obras más ricas en cuanto al uso y representación de nuestro idioma: El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha.
Cervantes dejó un rico legado a nuestra lengua y el mismo ha sido celosamente guardado a través de los siglos. Sin embargo, en los umbrales de un nuevo milenio pareciera que la novedad del progreso trajera consigo el abandono de una de las formas más elementales de comunicación: el habla.
Pero afortunadamente existen en el medio entes pensantes que se empeñan en rescatar y mantener la pureza del idioma a través del respeto de las reglas de comunicación.
No importa que por ser un país de tránsito nos veamos envueltos en la atracción de otros idiomas. Eso es bueno y al mismo tiempo enriquece el acervo cultural, pero así mismo debería incrementarse el celo por conservar y sentirse orgulloso de lo que por derecho tenemos. Mantener la pureza de nuestro lenguaje escrito y hablado.
Corresponde pues, a las entidades educativas más que todo, velar por un buen manejo del idioma dentro de las aulas escolares, desde donde saldrán a la sociedad extramuros los agentes multiplicadores de las buenas normas del hablar.
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PUNTO CRITICO |
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