Los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Alvaro Uribe de Colombia iniciaron el miércoles en esta ciudad del sureste venezolano un encuentro para tratar de dirimir las tensiones que han dominado las relaciones bilaterales en las últimas semanas.
Ataviado de un poncho y bolso típico del departamento occidental de Antioquia que le obsequió su colega colombiano, Chávez se mostró optimista por el encuentro, y manifestó que la cumbre debe servirnos, entre otras cosas, “para continuar derrotando aquella conspiración que pretende dividirnos, separarnos, alejarnos”.
El mandatario desestimó el fuerte intercambio de declaraciones que han mantenido altos funcionarios de ambos países durante las últimas tres semanas, y atribuyó las tensiones a una campaña de conspiración.
Esta es la tercera reunión que sostienen Chávez y Uribe en menos de un año.
El último encuentro los tuvieron en noviembre pasado en la ciudad colombiana de Santa Marta.
Chávez reconoció que una de las prioridades del encuentro será la definición de un plan de pago de la deuda de unos 300 millones de dólares, correspondiente al año pasado, que mantienen un grupo de importadores venezolanos con empresas colombianas.
“No podemos reunirnos con los colombianos y dejar de lado los temas tan álgidos que producen de cuando en cuando declaraciones por aquí, declaraciones por allá”, agregó Chávez.
Uribe se mostró emocionado por su tercera visita a Venezuela, y señaló que “representaba un viaje emocionante” por el repaso de la historia” y el contacto “tan directo con nuestra geografía”.
Chávez y Uribe iniciaron el encuentro con un recorrido en un helicóptero militar por algunas zonas aledañas a la ciudad de Puerto Ordáz, ubicada a unos 500 kilómetros al sureste de Caracas.
Las comitivas de ambos presidentes, encabezadas por los cancilleres Roy Chaderton de Venezuela y Carolina Barco de Colombia, iniciaron reuniones bilaterales para tratar diversos asuntos relativos al intercambio comercial y asuntos fronterizos.
Venezuela y Colombia mantiene un intenso intercambio comercial que superó durante los últimos dos años los 2.000 millones de dólares.
Ambos países tienen una frontera común de 2.200 kilómetros que enfrenta diversos problemas de inseguridad debido a la presencia permanente de grupos irregulares y delincuentes. |