Acababa de participar en una reunión para sacar a los alumnos del Instituto Nacional a la calle. Íbamos a protestar por la falta de escuelas y contra los abusos de la Policía Nacional.
Al llegar al vestíbulo vi a un joven rodeado de muchachos, arengándolos para que gritaran consignas contra el "imperialismo yanki".
Me extrañó esa persona, que vestía pantalón azul y camisa blanca, sin corbata, ropa muy parecida al uniforme institutor.
Noté que tenía mucha barba para ser un adolescente. Entonces le grité que quién era él y en qué año estaba.
Molesto siguió hablando de darle "contenido" a la protesta y dirigirla contra los norteamericanos en la Zona del Canal".
Comencé a gritar que él no era institutor y que estaba allí para sabotear la marcha. Eso hizo que se fuera en pocos minutos.
Tenía dieciséis años y fue mi primer encuentro con lo que llaman ahora "infiltrados". Esta palabrita la hicieron famosa los obreros de SUNTRACS y algunos muchachos dirigentes del Instituto Nacional. Querían justificar y echarle la culpa a otros, por los destrozos que sufrió el "Nido de Águilas" la primera quincena de abril.
Semanas después, en una marcha hacia la presidencia vi como unos señores se metían con una pancarta donde se atacaba a los norteamericanos. Alguien les tomó fotos y se fueron...
Esos dos casos fueron infiltraciones de comunistas en marchas estudiantiles, que nada tenían que ver contra el "imperialismo yanki", hace cincuenta años,
Al año siguiente, cuando asistía como "mirón" a mítines políticos en Santana, vi a "infiltrados" sabotear las reuniones, causar desórdenes y vandalismo.
Parece que este personaje es una herramienta útil en aspectos de política, seguridad, narcotráfico, etc.
Durante la lucha civilista contra la dictadura militar panameña, me dijeron que el dictador se jactaba de tener varios de esos sujetos en los comités directivos de la Cruzada.
(Por lo visto de poco sirvieron para sostener a ese maligno régimen...)
En la Universidad descubrí "alumnos" que realmente eran agentes del G2. Tenían la misión de grabar clases de profesores como yo, que nos oponíamos a vivir en dictadura.
Incluso se hizo el año pasado una película con el bendito personaje.
No voy a negar que pudieron haber "infiltrados" en los desórdenes institutores. Ahora que se agita la politiquería, "todas las armas son válidas". Lo que no creo es que ellos hicieron solitos ese vandalismo contra mi antigua Alma Mater.