Mientras el país (en realidad, el mundo entero), ve con horror cómo los alimentos aumentan de precio semana a semana, la Caja de Seguro Social reveló una serie de estadísticas que le dan un nuevo significado a la frase "crisis alimentaria".
¿Y que resulta ser? Que una proporción cada vez mayor de nuestros niños y adolescentes están cayendo en el sobrepeso, y de plano en la obesidad, por causa de pobres hábitos de alimentación.
El estudio de la CSS señala que en este país, el 23% de los niños menores de 5 años presentan problemas de obesidad.
Cuando nos vamos a los niños en edad escolar (primaria), vemos que el 21% de ellos están en sobrepeso.
Las proporciones se disparan entre los adolescentes: el sobrepeso afecta a un 33.6%, y un 18% son obesos.
¿Qué les espera a todos estos bebés, niños y jóvenes si sus padres no les inculcan hábitos de alimentación saludables? De acuerdo con lo que sabemos sobre la obesidad, les espera un futuro de hipertensión, diabetes, enfermedades cardíacas, y muy probablemente, la muerte antes de los 50 años.
Las sodas, chocolates, snacks, helados y comida rápida son alimentos para confort. Nos hacen sentir bien, pero no son en realidad alimentos en los cuales podemos depender. Más bien, son bombas de azúcar y grasa, que lentamente van minando nuestras arterias y engrosando nuestras cinturas.
Uno puede permitirle a los niños consumir "burundangas" de vez en cuando, pero nunca dejar que estas se conviertan en la base de su alimentación. ¿Una lonchera compuesta de una lata de soda con una bolsa de papas fritas y un chocolate? ¿Todos los días? Nadie puede durar mucho comiendo de esta forma.