Las Damas de Blanco, familiares de disidentes cubanos encarcelados en 2003, fueron de nuevo hostigadas por decenas de partidarios del Gobierno que las acorralaron e insultaron en la calle durante dos horas y media para impedir su habitual marcha de los domingos.
El incidente, que acabó con el desalojo forzoso de las mujeres, se produjo a la salida de la iglesia habanera de Santa Rita, donde nueve miembros de este grupo acudieron como todas las semanas a la misa dominical para iniciar después su marcha pacífica con la que piden la libertad de sus familiares.
Sin embargo, un policía de paisano les ordenó retirarse del lugar por no haber solicitado permiso para realizar esa "actividad", a lo que las mujeres se negaron y exigieron una orden por escrito.
El acto de repudio finalizó con el desalojo de las mujeres, a las que obligaron a subir a un autobús.