Viernes 9 de abril de 1999

 








 

 


EDITORIAL
El patriotismo panameño no tiene dueño ni heredero

Las especiales circunstancias que rodearon el surgimiento de la república panameña permitieron imponer un dogal histórico que sometió nuestro vivir nacional a los caprichos y dictados norteamericanos, quienes condujeron las relaciones bilaterales con prepotencia, haciéndonos parecer un protectorado o un estado asociado.

Contra la presencia extranjera en el enclave zoneíta y los manejos de la vía canalera insurgieron miríadas de panameños patriotas; lúcidos pensadores y luchadores que desde los albores de 1904, en la palabra rebelde del General Buenaventura Correoso llamaron a las armas contra el poder norteño, previniendo la pérdida por absorción de la nacionalidad en razón de la acción cultural penetradora del país del Norte.

En 1926, en lucha decidida, los afiliados a Acción Comunal combatieron el pacto Kellogs-Alfaro llevándolo a fenecer en las gavetas legislativas. En 1936, la esclarecida personalidad patriota del mandatario Dr. Harmodio Arias Madrid materializó el Tratado Arias-Roosevelt, que canceló las aspiraciones expansionistas norteamericanas de nuevas tierras y aguas panameñas, redefinió los pagos anuales y concluyó con la oprobiosa cláusula de intervención.

En 1941, el primer gobierno panameñista al impulso del mandatario Dr. Arnulfo Arias Madrid defendió la integridad moral nativa, declaró la mayoría de edad en las relaciones bilaterales, y dictó el "Memorandum de los Doce Puntos", que rectifica las aspiraciones panameñas, resultantes de la fractura del territorio zoneíta.

En 1947, estudiantes, profesionales y panameños de nítida vocación patriótica logran el rechazo del Pacto Filós-Hines, que pretendía extender la presencia militar norteamericana por noventa y nueve años, en más de ciento cincuenta sitios de defensa, a contrapelo de los entendimientos bilaterales que las permitieron durante el conflicto mundial.

Los mártires de Enero, los Sembradores de banderas, los luchadores que dieron pecho a la agresión militar norteamericana, en defensa del pabellón panameño ultrajado, y las entidades cívicas, políticas, gremiales y estudiantiles que conformaron el Congreso de la Soberanía señalaron el camino de redención y lucha popular que derivó al proyecto "Tres en Uno", que engavetó el mandatario Marco Aurelio Robles, para reaparecer en manos de los militares en 1968, y materializar en los Tratados Torrijos-Carter, que fijan el mediodía del 31 de diciembre de 1999, para la salida de las tropas y mandos canaleros foráneos.

Este recorrido permite afirmar que resulta injusto y antihistórico atribuir a un solo personaje, las glorias meritorias de las generaciones que en escalonamiento libertario posibilitaron alcanzar la luz de la soberanía plena: de allí que no exista legado ni patrimonio herencial para nadie, sobre la lucha que es de todos los patrióticos panameños.

 
 

 

 



 

AYER GRAFICO
La gran Feria Nacional de Azuero se proyecta con carácter internacional


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, ejecuto muy mal el programa PARVIS


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