EDITORIAL
El patriotismo panameño no tiene
dueño ni heredero
Las especiales circunstancias
que rodearon el surgimiento de la república panameña permitieron
imponer un dogal histórico que sometió nuestro vivir nacional
a los caprichos y dictados norteamericanos, quienes condujeron las relaciones
bilaterales con prepotencia, haciéndonos parecer un protectorado
o un estado asociado.
Contra la presencia extranjera en el enclave zoneíta y los manejos
de la vía canalera insurgieron miríadas de panameños
patriotas; lúcidos pensadores y luchadores que desde los albores
de 1904, en la palabra rebelde del General Buenaventura Correoso llamaron
a las armas contra el poder norteño, previniendo la pérdida
por absorción de la nacionalidad en razón de la acción
cultural penetradora del país del Norte.
En 1926, en lucha decidida, los afiliados a Acción Comunal combatieron
el pacto Kellogs-Alfaro llevándolo a fenecer en las gavetas legislativas.
En 1936, la esclarecida personalidad patriota del mandatario Dr. Harmodio
Arias Madrid materializó el Tratado Arias-Roosevelt, que canceló
las aspiraciones expansionistas norteamericanas de nuevas tierras y aguas
panameñas, redefinió los pagos anuales y concluyó con
la oprobiosa cláusula de intervención.
En 1941, el primer gobierno panameñista al impulso del mandatario
Dr. Arnulfo Arias Madrid defendió la integridad moral nativa, declaró
la mayoría de edad en las relaciones bilaterales, y dictó
el "Memorandum de los Doce Puntos", que rectifica las aspiraciones
panameñas, resultantes de la fractura del territorio zoneíta.
En 1947, estudiantes, profesionales y panameños de nítida
vocación patriótica logran el rechazo del Pacto Filós-Hines,
que pretendía extender la presencia militar norteamericana por noventa
y nueve años, en más de ciento cincuenta sitios de defensa,
a contrapelo de los entendimientos bilaterales que las permitieron durante
el conflicto mundial.
Los mártires de Enero, los Sembradores de banderas, los luchadores
que dieron pecho a la agresión militar norteamericana, en defensa
del pabellón panameño ultrajado, y las entidades cívicas,
políticas, gremiales y estudiantiles que conformaron el Congreso
de la Soberanía señalaron el camino de redención y
lucha popular que derivó al proyecto "Tres en Uno", que
engavetó el mandatario Marco Aurelio Robles, para reaparecer en manos
de los militares en 1968, y materializar en los Tratados Torrijos-Carter,
que fijan el mediodía del 31 de diciembre de 1999, para la salida
de las tropas y mandos canaleros foráneos.
Este recorrido permite afirmar que resulta injusto y antihistórico
atribuir a un solo personaje, las glorias meritorias de las generaciones
que en escalonamiento libertario posibilitaron alcanzar la luz de la soberanía
plena: de allí que no exista legado ni patrimonio herencial para
nadie, sobre la lucha que es de todos los patrióticos panameños.
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AYER GRAFICO |
La gran Feria Nacional de Azuero se proyecta con carácter internacional |
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