El profesional estaba irritado con el nuevo impuesto. No podía aceptar que el diez por ciento de su jugoso "gasto de representación" fuera para el gobierno. No creía el cuento de que con esa plata se va a ayudar a mejorar las condiciones de vida de los pobres.
Seguramente pensaba que el gobierno de la Patria Nueva haría como los otros. Utilizaría el dinero en el pago de la burocracia y gastos innecesarios.
Por eso en el colmo de su desesperación gritó: "que Martín y Catín se tomen en medicina los millones que conseguirían con su nuevo impuesto".
Al mismo tiempo hizo muecas con sus manos.
Se trataba de una maldición, de una "jefatura", en contra de los responsables del nuevo impuesto que no ha gustado a nadie (salvo a algunos del gobierno, por supuesto).
Imagínense ustedes lectores, la cantidad de medicina que tendrán que tomarse Martín y Catín, si resulta la maldición del mencionado profesional...
Bueno, cada uno reacciona a su manera. Y a nadie le gustan los impuestos... ni siquiera a los ricos. Tal vez ellos sean los que más argucias harán para no pagarlo.
Respecto a la reacción popular contra el nuevo impuesto, allá en Chiriquí alguien decía que el panameño era como el alka-seltzer.
En un momento se llenaba de efervescencia... y luego de unos días bajaba todo el aborto.
Con la "solución final" del Seguro Social ocurrirá cosa parecida. Esta vez el gobierno está empeñado en "endulzarnos" el purgante.
Tiene pensado toda una masiva campaña de "convencimiento", para que el pueblo acepte "aguantarse la mecha" de la quiebra del seguro y su respectiva salvación.
Lo que no dice este gobierno PRD es que en parte ellos y sus adorados gobiernos militares, tienen la culpa del descalabro del Seguro Social.
Desde una discutida "integración de la Salud", hasta extender los beneficios del Seguro a mucha gente, fueron soluciones demagógicas de los militares y sus civiles.
Añada los latrocinios que sufrió el Seguro durante estos gobiernos. Pero esto no lo dicen, ¡bellacos!