Las autoridades italianas decidieron reforzar las medidas de seguridad alrededor del Vaticano y de los lugares en donde el Papa Juan Pablo II intervendrá públicamente durante las celebraciones de Semana Santa, indicó a la AFP un responsable de la vigilancia.
Para conjurar la pesadilla 12.000 policías y 4.000 soldados han sido desplegados.
"Todas las Semanas Santas son particulares debido al mayor flujo de creyentes, por eso los controles se refuerzan en esta temporada. Pero debido a las circuntancias actuales todos los servicios de protección serán reforzados", declaró a la AFP uno de los responsables de la seguridad italiana, quien pidió mantener el anonimato.
Las autoridades temen que el Vaticano sea blanco de acciones terroristas islámicas, sobre todo después de los atentados del 11 de marzo en Madrid.
A partir del jueves santo hasta el lunes de Pascua, miles de peregrinos llegarán a Roma para asistir a las varias misas que oficiará el Papa Juan Pablo II en ocasión de la Semana Santa.
Las medidas son evidentes para toda persona: policías en uniforme patrullan a lo largo de las barreras de seguridad instaladas alrededor de la Plaza de San Pedro. Los vehículos de los carabineros y de la policía forman una suerte de muralla de seguridad donde se accede a la plaza, mientras agentes de civil con teléfonos móviles recorren las avenidas y calles que llevan a la célebre basílica.
Pese a las advertencias, Juan Pablo II, que en mayo cumplirá 84 años y no puede caminar, se niega a emplear un chaleco antibalas y continúa a desplazarse por la Plaza de San Pedro con un todoterreno descapotado blanco, el llamado "papamóvil", que no dispone siquiera de vidrios blindados.
DE INTERES: 11 DE MAYO
Los italianos temen que el próximo atentado sea el 11 de mayo, Domingo de Pascua, en Roma.